Bizarrap Colabora con Una Raperita Desconocida en Su Nueva Sesión
En un movimiento que ha generado gran expectación en el mundo del hip-hop, el reconocido productor y DJ argentino Bizarrap acaba de anunciar una nueva colaboración que ha dejado a todos con la boca abierta. En su más reciente sesión, Bizarrap se une a una raperita desconocida, cuya identidad aún se mantiene en secreto, para crear un trabajo que promete revolucionar la escena underground. La sorprendente unión de estos dos talentos ha generado un gran revuelo en las redes sociales, con fans y críticos especulando sobre la identidad de la misteriosa artista y el estilo que adoptará esta colaboración.
Bizarrap sorprende con colaboración con rapera desconocida en su nueva sesión
El productor argentino Bizarrap vuelve a sorprender a su público con una colaboración inesperada en su última sesión, la número 60. En esta ocasión, ha elegido colaborar con Lismar, una rapera dominicana prácticamente desconocida.
El pasado 19 de mayo, Bizarrap publicó un vídeo en su cuenta oficial de Youtube, BZRP.ai, en el que aparecía en una discográfica ficticia junto a un jerifalte del sector editorial que le proponía realizar colaboraciones con diferentes artistas mediante inteligencia artificial. El vídeo venía a ironizar con una de las sensaciones más comentadas entre sus fans, quienes notan que ha pasado de colaborar con artistas emergentes para diseñar con los más reconocidos músicos del panorama latino.
Lismar, la desconocida dominicana que sorprende a Bizarrap en su nueva sesión
Lismar, cuyo nombre real es Patricia Lismary Fernández Soto, es una rapera dominicana de 19 años. Con poco más de 50.000 oyentes mensuales, es una artista realmente desconocida, pero que ha ido sacando temas con cierto éxito en plataformas.
Su canción más exitosa es No Me Diga Mah 2, con 155.000 reproducciones en Spotify. En su colaboración con Bizarrap, Lismar ha aprovechado la plataforma para mostrar de lo que realmente es capaz, apostando por rapear con esa carencia característica de su escena local que entremezcla el fraseo y algunos dejes del dembow.
Las canciones están bien y la letra es fresca, muy propio del Bizarrap de hace unos años. Sin embargo, las pegas que se le pueden poner al junte son para el propio productor, que se muestra en forzar para hacerse notar con ciertos sonidos que parecen pegotes, ramalazos electrónicos sin mucha lógica.
Esta obsesión por la firma descarada y compulsiva le lleva pasando factura en muchas de sus últimas canciones, en las que se obsesiona tanto por hacerse notar que acaba rompiendo el trabajo del artista invitado.
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