Conmemorando un episodio histórico: 22 años del conflicto de Perejil y la operación 'Romeo Sierra' que devolvió el control del islote español

El pasado 17 de julio de 2002, España vivió un momento de tensión diplomática y militar con Marruecos, cuando un grupo de gendarmes marroquíes ocupó el islote de Perejil, un territorio español ubicado en el estrecho de Gibraltar. Este incidente desencadenó una crisis que llevó a ambos países al borde del conflicto armado. Sin embargo, gracias a la rápida respuesta del gobierno español y la intervención de la Operación 'Romeo Sierra', se logró recuperar el control del islote y restablecer la soberanía española en la zona. A 22 años de aquel episodio histórico, recordamos la importancia de la defensa de la integridad territorial y la necesidad de mantener la vigilancia y la preparación militar para proteger los intereses nacionales.

Años de tensión en el Estrecho: Conmemorando el conflicto de Perejil que devolvió el control del islote español

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Un islote rocoso y una占ación militar

Fueron once intensos días de julio de 2002 a propósito de un islote. La palabra es casi más grande: las dimensiones del islote de Perejil son de 500 metros de largo por 300 de ancho. Y sin embargo, algo tan pequeño provocó un conflicto armado entre España y Marruecos, el primero librado en el siglo XXI por nuestro país.

La isla de Perejil, rocosa y de relieve accidentado, está a 250 metros de la costa africana y a unos 8 kilómetros de la ciudad autónoma de Ceuta. En el pasado fue utilizada como refugio por piratas y contrabandistas. Pero en 2002 allí no había nada, salvo las cabras de Rahma Achiri, una anciana que cruzaba todas las semanas para cuidar su rebaño.

La ocupación marroquí

La ocupación marroquí

Marruecos ocupó militarmente el islote de Perejil el 11 de julio de 2002. Lo hizo con una pequeña dotación de su Gendarmería Real, que puso entre sus rocas dos banderas marroquíes. Una patrullera de la Guardia Civil se percató de lo sucedido y se llegó hasta el lugar para saber qué estaba pasando.

Miembros de la Gendarmería Real, tomando el islote de Perejil.

La respuesta española

La centralita de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta había recibido la llamada del padre de un agente de la Benemérita que alertaba de la presencia de una barca atunera con soldados marroquíes a bordo que se dirigían hacia Perejil.

Marchaos, esto no es tierra española fueron las palabras de los marroquíes a los guardias civiles. Le sucedió una tensa discusión. Cuando vieron que los gendarmes de Marruecos desenfundaban sus fusiles de asalto, amenazando con disparar por error, los agentes les dejaron marchar hacia el islote.

La operación Romeo-Sierra

Aquella operación relámpago para la recuperación del islote tuvo un nombre, operación Romeo-Sierra. En la mañana de hoy el Gobierno se ha visto obligado a ordenar el desalojo del destacamento marroquí establecido en la isla del Perejil. La operación se ha desarrollado con éxito sin que se registren bajas ni heridos. Así se explicaba el Gobierno de Jose María Aznar el 17 de julio de 2002.

La Romeo-Sierra se puso en marcha a las 6:17 de aquel día, dos horas después de expirar el ultimátum dado por España a Marruecos para que procediera el repliegue militar. Una hora antes, se cerraron al tráfico aéreo los aeropuertos de Jerez y Melilla (Ceuta sólo tiene helipuerto).

Un equipo de 23 boinas verdes del Grupo de Operaciones Especiales Valencia III del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra embarcaba en su base de Rabasa (Alicante) en tres helicópteros Cougar. Volaron hasta Facinas, pedanía de Tarifa, ya asomados al Estrecho.

El asalto aéreo

Un helicóptero HU-10 del Ejército de Tierra llegó lanzando mensajes en los que se conminaba a los ocupantes a abandonar el islote. En realidad fue un señuelo.

Con el HU-10 los mandos militares españoles hicieron dos cosas. Por un lado, valoraron la capacidad de respuesta marroquí, para llevar a cabo una acción proporcionada; por otro, les distrajeron desplazando su atención en dirección contraria a la del punto del verdadero asalto.

Al alba y con tiempo duro de levante…, con fuerte levante, 35 nudos de viento, salieron cinco helicópteros, tres helicópteros 'Cougar' que transportaban dos equipos de operaciones especiales, con un total de 28 soldados que llegaron a la isla Perejil.

La mediación de EE UU

Cinco días después, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, se reunieron en Rabat para sellar el acuerdo por el que ambas partes se comprometían a restablecer y mantener la situación anterior a la ocupación marroquí del islote. El fin de la crisis abría las puertas a la normalización de las relaciones entre los dos países.

La mediación de Estados Unidos resultó fundamental. Porque tras la acción militar, Benaissa dijo que no volverían al islote pero que España debía abandonarlo. Hasta dejó caer la vieja reivindicación marroquí de Ceuta y Melilla, asunto que dijo estaba pendiente entre ambos países.

El final del conflicto

En la tarde del sábado 20 de julio, Washington anunció que se había conseguido un entendimiento entre ambos países —ambos, grandes aliados de EE UU—. Poco después los gobiernos español y marroquí confirmaban el acuerdo. Las tropas españolas recogieron la bandera y abandonaron la isla.

Hoy, el islote de Perejil se encuentra deshabitado. No hay allí ni personas ni banderas; solo rocas y arena. Marruecos nunca ha dado una explicación oficial a su acción militar. Tiempo después, los gendarmes que invadieron la isla dijeron que aquello fue parte de una operación antidroga.

Patricia Cruz

Soy Patricia, una periodista apasionada por la actualidad nacional que trabaja en la página web El Informacional, un periódico independiente en Español. Mi misión es informar a nuestros lectores de manera objetiva y veraz sobre los acontecimientos más relevantes de nuestro país. Con un enfoque crítico y comprometido, me esfuerzo por ofrecer un análisis profundo y riguroso de los temas que impactan a nuestra sociedad. Mi objetivo es contribuir a la formación de una ciudadanía informada y crítica a través de mi trabajo en este medio digital de gran prestigio.

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