Descubren la infiltración de organizaciones del narcotráfico mexicano en la ciudad española de Cádiz

Descubren la infiltración de organizaciones del narcotráfico mexicano en la ciudad española de Cádiz

En un impactante descubrimiento, las autoridades españolas han revelado que organizaciones del narcotráfico mexicano han logrado infiltrarse en la ciudad de Cádiz, en el sur de España. Según fuentes policiales, estos grupos criminales han establecido una red de distribución de drogas en la zona, aprovechando la estratégica ubicación de la ciudad como puerto marítimo. La investigación, que aún se encuentra en curso, ha permitido desarticular parte de la organización y detener a varios miembros, pero se cree que la infiltración es más profunda de lo que inicialmente se pensaba. Este caso destaca la creciente preocupación por la expansión del narcotráfico mexicano en Europa.

Narcotráfico mexicano establece bases en Cádiz, una nueva amenaza para la seguridad española

La provincia de Cádiz ha sido durante décadas un destino clave para el tráfico de drogas en Europa. Su situación geográfica, frontera sur de Europa a solo 15 kilómetros por mar con Marruecos, primer productor de hachís del mundo, y la presencia de uno de los puertos de contenedores más importantes del continente en el Estrecho, la han convertido en un lugar estratégico para el tráfico de drogas.

Historicamente, el hachís ha sido la droga más común en la región, pero en los últimos años ha compartido espacio con la marihuana y, ahora, con la cocaína. La entrada de las grandes gomas en el tráfico de cocaína ha situado a Cádiz en un punto clave en el mapa de los clanes internacionales, y con ellos, los sudamericanos.

La cocaína se convierte en el nuevo objetivo de los carteles mexicanos en la costa gaditana

La descarga de fardos desde veleros o buques en alta mar a las semirrígidas ha abierto la puerta a que esta mercancía entre más por costa en las lanchas que, además, cada vez tienen mayor capacidad. Muestra de ello son las últimas operaciones en las que se han incautado importantes partidas de esta droga cerca de la costa gaditana, con más de una o dos toneladas de carga, cientos de millones en polvo.

O la interceptación hace unos días de un submarino en el que viajaban cuatro colombianos y que hundieron el sumergible cuando se vieron sorprendidos, seguramente, cargado de fardos de coca. Y esta actividad está atrayendo a los dueños de esa sustancia producida en el otro lado del mundo.

Descubren la infiltración de organizaciones mexicanas en el tráfico de drogas en Cádiz

Las fuerzas policiales están empezando a detectar a miembros de cárteles mexicanos en sus investigaciones sobre alijos. De momento no sería en absoluto una presencia habitual o constante pero sí un inicio. Un aterrizaje.

Estas personas vendrían hasta zonas de alijo de Cádiz (como por ejemplo Sanlúcar) como garantes o notarios, es decir, como alguien de completa confianza de la banda de los proveedores para que dé fe de que esos fardos llegan, sigue la ruta acordada y se entrega como se ha planeado y pagado.

Cádiz, nuevo destino para el narcotráfico mexicano, una amenaza creciente para la seguridad española

La cocaína no es el hachís. Su precio en el mercado ilícito es mucho más alto porque se vende más cara, por lo que su pérdida o entrega fallida es un quebranto económico mayor para quien la produce y pone en marcha.

Además, a más dinero, más desconfianza, por lo que se intenta comprobar al cien por cien que la sustancia ha llegado a su destino y se tiene que realizar el cobro del trabajo cumplido.

Esta misma circunstancia ya ocurre desde hace algún tiempo con ciudadanos marroquíes y franceses que también han empezado a operar en aguas de Cádiz.

La expansión de las redes de Sudamérica por toda Europa y el asumir el riesgo de estos cambios en los modos puede responder también a otro asunto de cantidad. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el mundo experimenta actualmente un aumento pronunciado y prolongado tanto de la oferta como de la demanda de cocaína, cuyos efectos se están acusando en todos los países y que es probable que propicie la aparición de nuevos mercados más allá de los confines tradicionales.

La superproducción de cocaína y la búsqueda de nuevos mercados han llevado a que los métodos para intentar colarla hacia Europa sean diversos. Desde los grandes contenedores en puertos, a las prácticas de evasión de controles en aeropuertos, o también, en grandes veleros y pesqueros. Pero ahora, además, utilizando las rutas de otras drogas como el hachís y su conocida infraestructura de las narcolanchas.

Las fiscalías antidroga de toda España, sobre todo las más afectadas por formar parte de su competencia territorial como la de Andalucía, alertan que ahora está entrando más cocaína y de mayor pureza que nunca. Una droga, que llega de una manera y luego, en la mayoría de las ocasiones y hasta que acaba en las manos del consumidor, es cortada con todo tipo de sustancias para así multiplicar las dosis que se venden.

Donde se mueve el tráfico de drogas ahí van también todos sus interesados. La extensión de las redes que se dedican a comprar, vender y trasladar sustancias estupefacientes también ha expandido con ellos todos sus tentáculos.

Y en ese peligroso cocktail también está introduciéndose un nuevo ingrediente que antes no existía por aquí. Bandas extranjeras que tienen tras ellas a las mafias -la de verdad- y que operan desde hace un tiempo por la Costa del Sol pero que por Cádiz ya están empezando también a dejar su rastro.