Tragedia en la India: al menos 27 personas fallecidas en estampida en festival religioso
Una estampida humana en un festival religioso en el estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India, ha provocado la muerte de al menos 27 personas y ha dejado a varias heridas, según informó la Policía de la India.
El incidente ocurrió en la aldea de Mughalgarhi, en el distrito de Hathras, durante un evento religioso conocido como 'satsang', un tipo de ceremonia organizada por un gurú para la oración colectiva.
Imágenes impactantes difundidas por la agencia india PTI muestran a las autoridades trasladando en una camioneta los cadáveres hasta el centro hospitalario.
Hasta el momento, se han recibido 27 cadáveres en el Hospital de Etah, de los cuales 23 son mujeres, según informó el Superintendente de Policía del distrito, Rajesh Kumar.
El director del hospital, Umesh Kumar Tripathi, agregó que habían recibido a muchos heridos por el incidente, que ya está bajo investigación.
Un problema recurrente
Las avalanchas y estampidas son un fenómeno frecuente en las celebraciones religiosas indias y se deben en gran parte a las deficiencias en la gestión de las concentraciones multitudinarias o a la precariedad de las infraestructuras que rodean los lugares de culto.
La peor tragedia de los últimos años sucedió en enero de 2011 en el estado meridional de Kerala, donde 102 fieles perdieron la vida en una zona boscosa y montañosa que conducía a un templo de difícil acceso.
En este sentido, el jefe de Gobierno de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, expresó sus condolencias por el incidente y ordenó la creación de un comité para investigarlo.
Es importante destacar que la seguridad y la gestión de las concentraciones multitudinarias en los eventos religiosos es un tema que requiere atención urgente en la India.
En los últimos años, han ocurrido varias estampidas y avalanchas en eventos religiosos en todo el país, lo que ha provocado la pérdida de numerosas vidas humanas.
Esperamos que este incidente sirva como un llamado de atención para las autoridades y los organizadores de eventos religiosos para que tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los participantes.
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