El consumo de aceite de oliva, un ingrediente fundamental en la cocina española, puede tener un efecto adverso en la salud según un nuevo estudio científico publicado recientemente. A pesar de sus propiedades beneficiosas para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, este estudio revela que el consumo excesivo de aceite de oliva puede aumentar el riesgo de cáncer. Esta noticia ha generado gran interés y debate en la comunidad científica y entre los consumidores, ya que el aceite de oliva es un condimento muy popular en España y en muchos otros países del mundo.
El salero en la mesa: ¿un condimento peligroso para la salud?
En España, como en toda la zona mediterránea, el aceite de oliva es el condimento imprescindible, pero esto tiene un efecto negativo: nos lleva a aderezar alimentos más de la cuenta, aumentando así el riesgo a enfermedades graves.
En la dieta mediterránea hay un condimento bastante utilizado: la sal. Un micronutriente cuya presencia en el plato no se tiene en duda es la sal, pese a estar directamente vinculada a enfermedades tan prevalentes en España como la hipertensión. Por tanto, no es inocua y, además, potencia el riesgo de cáncer gástrico, según un estudio reciente.
La manida expresión la sal de la vida da buena cuenta de cómo históricamente se ha pensado que los efectos de este condimento no solo no eran negativos sino que eran positivos. El salero en la mesa ha sido, junto al aceite de oliva y el vinagre, el combo básico de la mesa mediterránea. Incluso se ha banalizado con el gesto de añadir sal en el plato una vez que el alimento ya se había condimentado durante su elaboración.
El riesgo de cáncer gástrico
La importancia de este factor externo, ambiental, que es la dieta, se une a los condicionantes genéticos a la hora de desarrollar cáncer gástrico. En España, como en el resto de Europa, no es de los tumores más prevalentes, afectando a unas 7.000 personas anualmente, más de la mitad de ellas varones.
Pese a la baja prevalencia en Occidente, centra el interés de los científicos, como el grupo que acaba de publicar un estudio basado en ciudadanía británica. La investigación, publicada en Gastric Cancer, estudia la incidencia del citado tumor en una cohorte a gran escala: durante casi 11 años fueron evaluadas 470.000 personas adultas pertenecientes al Biobanco del Reino Unido.
Se ha estudiado algo tan simple pero tan importante como es el impacto de tener o no el salero en la mesa. La conclusión es que tenerlo y usarlo diariamente aumenta en un 40 por ciento la probabilidad de tener cáncer gástrico.
La conclusión del estudio
La llamativa conclusión ha llegado a través de la observación participante, con cuestionarios y análisis de orina, y la vinculación de estos datos a los registros nacionales de cáncer. En esos 11 años de seguimiento se detectaron 640 casos de cáncer gástrico: coincidieron con las personas que agregaban “siempre” sal a sus platos.
La Organización Mundial de la Salud establece en 5 gramos la media diaria aconsejada de consumo de sodio, el principal componente de la sal. La alerta mundial que hay en este sentido tiene que ver con los elevados niveles de hipertensión que ocasionan, a su vez, infartos, ictus e insuficiencia cardíaca.
Es importante recordar que el cáncer gástrico es poco frecuente en Europa, pero según estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se encuentra entre los cinco tipos de tumor más frecuentes a nivel mundial y causa cerca de 800.000 muertes anuales. Más de la mitad de los casos se concentran en Japón, Corea y China y es poco frecuente en Europa, Estados Unidos, Austria y África, debido a factores genéticos y ambientales.
También es importante la importancia de otros factores como la edad y el sexo. Dice la SEOM que el riesgo aumenta a partir de los 50 años y que este tumor es dos veces más frecuente en varones que en mujeres.
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