El ajedrecista que cuestiona el dominio de la Roja
En el mundo del ajedrez, la selección española, conocida como La Roja, ha sido durante décadas la dominante indiscutible, acaparando títulos y reconocimientos internacionales. Sin embargo, un joven ajedrecista ha decidido cuestionar ese dominio, desafiando a la élite del deporte y planteando una nueva forma de jugar. Con solo 25 años, este talentoso jugador ha logrado ya varios éxitos importantes, incluyendo la victoria en un prestigioso torneo internacional. Su estilo de juego innovador y arriesgado ha generado un gran revuelo en la comunidad ajedrecística, y muchos se preguntan si finalmente ha llegado el momento de derrocar al reinado de La Roja. ¿Será capaz de mantener el ritmo y alcanzar la cima del ajedrez mundial?
La partida perfecta: Jamal Musiala, el estratega que trasladó el ajedrez al campo
Un estratega en toda regla
Jamal Musiala, uno de los futbolistas más completos y jóvenes de la nueva generación, es un jugador hábil entre líneas, un virtuoso del regate y de la interpretación del juego. Con solo 21 años de edad, el actual '10' de la selección de Alemania es un peligro absoluto para cualquier equipo que se le enfrente.
Ante España, en los cuartos de final de la Eurocopa, Musiala será una suerte de Magnus Carlsen con botas de fútbol. Su pasión por el ajedrez se traduce en una forma de jugar que es reflexiva, interpretativa y anticipatoria. Es capaz de leer el juego y anticiparse a los movimientos de sus oponentes, lo que lo hace un oponente sumamente peligroso.
El ajedrez en el campo
Musiala confiesa que le gusta pasar parte de su tiempo libre jugando ajedrez, y aunque reconoce que no es capaz de ganar a su capitán, Joshua Kimmich, ese juego le sirve como entrenamiento para enfrentarse a la selección española. Hay que pensar mucho en el ajedrez. En tus próximos pasos, en tu oponente y en los próximos movimientos que probablemente hará en el tablero. Tengo que anticiparme. Eso es exactamente lo que hago como futbolista. Tengo que saber hacia dónde va la pelota. Tengo que adivinar qué hará el oponente. Y siempre tengo que intentar ir dos o tres pasos por delante, explicó.
Es curioso ver a un jugador con tanta libertad sobre el césped, casi anárquico por su propia naturaleza, encontrar la tranquilidad en el orden de un tablero de cuadros blancos y negros.
Más intuición
Las estadísticas de Musiala no esconden su trabajo. Casi 34 kilómetros recorridos, un 92 por ciento de precisión en el pase y una velocidad media de 33.28 km/h, según datos de la UEFA. Incluso él mismo quiso acabar con ese mito de que es solo un elegido. Hay mucho esfuerzo detrás. Sin embargo, cuando tiene el balón, la cosa cambia: Soy más intuitivo. En estos momentos ya no tengo tiempo para pensar mucho. Pero todo lo que hago antes de recibir el balón es estrategia. En los 90 minutos de un partido, solo tengo el balón en los pies quizás dos o tres minutos. En el resto tengo que correr y pensar.
Musiala es un jugador muy maduro para su edad. Comienza la partida en el Sttutgart Arena. El campo se convierte en un tablero y a sus rivales en caballos, peones, torres y alfiles. Las semifinales dependerán de quién dé el jaque-mate.
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