- El Banco de España alerta sobre la alta carga que la baja productividad y el desempleo imponen a la economía española
- Alerta del Banco de España: la baja productividad y el desempleo obstaculizan el crecimiento económico
- Productividad y empleo, desafíos clave
- Desafío demográfico
- Inflación y tipos de interés
- Paro estructural
- Cambios tecnológicos y mercado laboral
- Políticas de empleo y protección al empleo
- Baja productividad, otro reto
El Banco de España alerta sobre la alta carga que la baja productividad y el desempleo imponen a la economía española
En un informe reciente, el Banco de España ha lanzado una alerta sobre los principales obstáculos que enfrenta la economía española en su camino hacia el crecimiento sostenible. Según el organismo regulador, la baja productividad y el desempleo constituyen una carga pesada para la economía del país, obstaculizando su capacidad para generar riqueza y empleo. A pesar de los progresos económicos registrados en los últimos años, la institución financiera considera que es necesario abordar estas cuestiones de manera urgente para evitar un estancamiento económico a largo plazo. En este sentido, el Banco de España insta a las autoridades a implementar reformas estructurales que fomenten la innovación, la competitividad y la creación de empleo de calidad.
Alerta del Banco de España: la baja productividad y el desempleo obstaculizan el crecimiento económico
La gobernadora en funciones del Banco de España, Margarita Delgado, ha alertado de que el paro y el bajo crecimiento de la productividad han lastrado el proceso de convergencia en España a los niveles de renta de otros países europeos desde finales del siglo pasado.
La brecha de renta per cápita entre España y la Unión Europea no se ha reducido desde la década de 1990, ha subrayado Delgado durante una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.
Productividad y empleo, desafíos clave
Delgado ha remarcado que, si se estudia en términos de paridad de poder de compra, el PIB per cápita de la economía española se situaba en 1990 en el 92% del registrado en la UE, mientras que en 2022 suponía el 85%, una diferencia que se explica, en su mayor parte, por la menor productividad de la economía española.
De hecho, si la productividad por trabajador de la economía española fuera igual a la media de la UE (ahora es 11 puntos menor), nuestra renta per cápita solo sería un 4% inferior a la media de la renta per cápita de la UE. De la misma manera, si la tasa de empleo española fuera igual a la de la media de la UE, la brecha en renta per cápita se reduciría en 7 puntos adicionales.
Desafío demográfico
Por otra parte, Delgado ha resaltado que, en esta comparación, la economía española todavía cuenta con una ligera ventaja por razones demográficas, ya que la población en edad de trabajar en relación con la población total es superior a la de la UE en 3 puntos. Sin embargo, esta ventaja va a desaparecer pronto, dado que el proceso de envejecimiento de la población va a ser más intenso y rápido en nuestro país que en el resto de la UE.
Inflación y tipos de interés
En su intervención, Delgado ha señalado que la reducción de la inflación se está produciendo sin que los necesarios aumentos de los tipos de interés hayan tenido impactos significativos en el dinamismo de la economía española ni en el empleo, que ha seguido demostrando fortaleza, aunque sin olvidar que nuestra tasa de paro sigue duplicando la media de la UE.
Paro estructural
A su juicio, la persistencia de la tasa de paro en niveles relativamente elevados y el hecho de que dicha tasa coexista con signos de tensionamiento del mercado de trabajo por escasez de trabajadores en algunos de sus segmentos, son razones más que suficientes para seguir analizando la existencia de un paro estructural que tendría sus orígenes en un comportamiento disfuncional del mercado de trabajo.
Cambios tecnológicos y mercado laboral
Delgado ha comentado que el mercado laboral se verá afectado en los próximos años por los cambios tecnológicos, que tendrán implicaciones muy importantes en el funcionamiento del mercado de trabajo, especialmente sobre la demanda y la oferta de trabajo y, por consiguiente, sobre el nivel de empleo y su productividad.
Para que dicha reasignación se produzca de la manera menos costosa en términos de empleo y de productividad y para adaptar la oferta de trabajo al nuevo contexto tecnológico, las políticas de empleo han de jugar un papel crucial.
Políticas de empleo y protección al empleo
Para la gobernadora en funciones del Banco de España, la elevada tasa de desempleo estructural en España es uno de los principales retos de la economía española, existiendo margen de mejora tanto en las políticas pasivas, que protegen a los trabajadores cuando pierden su empleo, como en las políticas activas, que tratan de fomentar la empleabilidad de los trabajadores desempleados y su ajuste a las demandas de trabajo disponibles en cada momento.
Todos aquellos elementos que ralenticen la reasignación sectorial y ocupacional del empleo harán que la destrucción de empleo asociada a los cambios tecnológicos sea mayor. Esto implica que la legislación sobre protección al empleo y la regulación de la negociación colectiva también deben reconsiderarse ante el nuevo contexto tecnológico y demográfico.
Baja productividad, otro reto
Con el paro estructural, el otro gran reto para la economía española señalado por Delgado es la baja productividad, que, según ha explicado, se ve afectada por todos aquellos aspectos que limitan el crecimiento de las empresas y la demografía empresarial, la reasignación de los recursos productivos entre sectores y empresas, y el déficit de la economía española en términos de capital tecnológico e inversión en innovación.
Hay una serie de factores que pueden explicar cómo se comporta la productividad: el marco regulatorio e institucional que condiciona el funcionamiento de los mercados de productos y de factores de producción, y la disponibilidad de capital humano, en la cual juegan un papel clave la educación y la formación profesional.
Para la gobernadora en funciones, la aparente paradoja relacionada con la coexistencia en los últimos años del proceso de cambio tecnológico con el reducido crecimiento de la productividad podría deberse, al menos en parte, a una cierta incapacidad a la hora de adaptar la capacitación de los trabajadores y las estructuras organizativas de las empresas a dicho cambio.
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