El 'Tiqui-Taca' y su Legado en el Fútbol Español
La paternidad del 'tiqui-taca' es un tema de debate entre los aficionados y expertos del fútbol. Algunos lo atribuyen a la semilla de Johann Cruyff, pasada por el tamiz de Pep Guardiola a partir de 2008. Otros señalan a Luis Aragonés, el enamorado del contragolpe, o a Del Bosque y la sublimación del estilo. Sin embargo, la única opción segura es que fue el narrador Andrés Montes quien lo aglutinó todo para decirlo por primera vez durante la Eurocopa de 2008.
El 'tiqui-taca' se convirtió en la forma de plantear el balompié como un ejercicio de paciencia infinita, de tortura a un adversario que no podía jugar porque no tenía una pelota con que hacerlo. Fue una forma de jugar que se caracterizó por la formación de triángulos imaginarios entre jugadores que aparecían y desaparecían para convertir el pasto en un tablero de ajedrez indescifrable para el oponente.
La Reacción contra el 'Tiqui-Taca'
El fútbol internacional reaccionó buscando un antídoto contra el 'tiqui-taca'. Alemania, Francia, Inglaterra y otros combinados trabajaron duro para encontrar una forma de contrarrestar este estilo de juego. La clave estaba en el músculo, en correr más que el contrario y en aguantar la presión.
España, sin embargo, se negó a sí misma esa transmutación y siguió tocando. Un partido determinante para negarse la continuidad fue los octavos de final de Qatar 2022 ante Marruecos. Ese día, la Roja cayó en los penaltis después de una letanía de toques y más toques sin profundidad ante un oponente de cemento armado.
El Cambio de Estilo
Luis de la Fuente ha llegado con un nuevo 'libreto' e intérpretes renovados. El técnico riojano ha hecho una clara apuesta por un ataque 'clásico' de extremos y un 'nueve' fijo. Rodri es la clave, un futbolista capaz de todo en el mediocentro, sobre todo de jugar rápido y a un toque.
La selección española, habitual ganadora de los 'rankings' de posesión, es ahora octava en la Eurocopa de Alemania 2024. El 54 por ciento de posesión del combinado de De la Fuente dista mucho del 64,3 por ciento de la anfitriona o el 62,5 de Portugal.
El cambio de estilo es evidente. La posesión excesiva ya no interesa. Ahora se busca la velocidad y la profundidad en el ataque. Y figuras emergentes como Nico Williams y Lamine Yamal tienen permiso para encarar y equivocarse las veces que sean necesarias.
El 'tiqui-taca' ha muerto, pero su legado sigue vivo en el fútbol español.
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