En un sorprendente giro de eventos, un comprador anónimo ha logrado el hallazgo del siglo en el mundo del arte, al adquirir un cuadro auténtico del famoso artista francés Edgar Degas por la modica suma de 926 euros en una plataforma de compraventa en línea de segunda mano. Esta increíble ganga ha generado un gran revuelo en la comunidad artística y entre los coleccionistas de arte, ya que las obras de Degas suelen alcanzar precios astronómicos en las salas de subastas más prestigiosas del mundo.
Hallazgo del siglo: cuadro de Degas vendido por un euro en una web de segunda mano
Una sorprendente historia de arte y azar ha sacudido al mundo del arte. Un cuadro de Edgar Degas, titulado Éloge du Maquillage, fue vendido en una plataforma de arte de segunda mano por la insignificante suma de un euro. Sin embargo, su valor real es de siete a ocho millones de euros.
El propietario original, un descendiente del presidente del Banco Sabadell, Joan Lloch, creyó que el cuadro era una falsificación y lo vendió por 926 euros. Sin embargo, el comprador, un coleccionista de arte catalán que prefiere mantenerse en el anonimato, decidió autentificar la obra y descubrió que se trataba de una auténtica creación del reconocido pintor francés.
Según Joan Arjona, consultor encargado de la autentificación, el último propietario de este Degas no tenía la certeza de que la obra era auténtica. El cuadro había tenido una vida agitada, con múltiples cambios de manos y confiscaciones durante la Guerra Civil española.
Una historia de siglo y medio
La obra fue presentada recientemente en el Instituto Francés de Madrid, después de siglo y medio de viajes, intercambios y confiscaciones. La documentación de la obra data hasta el año 1940, pero ahora se ha rastreado documentación hasta el año en que Degas lo vendió a Julián Bastinos en 1887.
El cuadro fue incautado poco antes de la Guerra Civil y fue custodiado en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona. En 1940, la obra fue adquirida por Joan Llonch Salas y permaneció en manos de sus descendientes hasta la adquisición por el actual propietario.
La parte positiva de esta nueva autentificación es que nadie ha dudado de que este pastel es un Degas, ha añadido Arjona, quien ha hecho hincapié en que los anteriores propietarios no tenían la certeza de que fuera auténtico, de ahí que se comprara barato.
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