El hidrógeno verde ya es una realidad para revolucionar el transporte urbano con buses limpios y sostenibles

El hidrógeno verde ya es una realidad para revolucionar el transporte urbano con buses limpios y sostenibles

En un importante avance hacia una transportación más sostenible, la tecnología del hidrógeno verde ha dado un gran salto hacia adelante. Después de años de investigación y desarrollo, esta innovadora solución ya es una realidad tangible que está revolucionando el transporte urbano. La introducción de buses limpios y sostenibles, que funcionan con hidrógeno verde, marca un hito importante en la lucha contra la contaminación y el cambio climático. Esta tecnología no emite gases de efecto invernadero y ofrece una alternativa más ecológica y eficiente a los vehículos que funcionan con combustibles fósiles. Descubre cómo esta innovación está transformando la forma en que nos movemos por la ciudad.

Autobuses urbanos de cero emisiones: un reto para Burgos en 2035

Dentro de once años, todos los autobuses urbanos nuevos de las ciudades europeas deberán ser de 'cero emisiones', un auténtico reto para Burgos, donde sus 73 vehículos operativos funcionan hoy consumiendo combustibles fósiles (diésel, gas natural y un híbrido). Sin embargo, el uso del hidrógeno como vector energético se presenta como una alternativa viable, no solo para la flota municipal, sino para el impulso de esta tecnología en una ciudad y una provincia que reúne las mejores condiciones en energías renovables, en industrias y en investigación para el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno.

Un estudio universitario propone una solución

El ingeniero de Caminos y Obras Públicas burgalés Javier Robador ha elaborado un estudio que defiende la implantación del hidrógeno como una alternativa viable para la flota municipal. El estudio, que ya tiene una copia en el Ayuntamiento, parte del análisis de la actividad de una flota que opera en 28 rutas durante 16 horas al día y que recorre 3,5 millones de kilómetros al año transportando pasajeros a lo largo y ancho de la ciudad.

Según Robador, treinta vehículos se adquirieron en la modalidad de leasing, que caduca en 2028, y el resto son en propiedad y entraron en operación entre los años 2006 y 2023. La vida útil de un autobús se estima en torno a los 14 años, por lo que sería necesario empezar a renovar la flota en un plazo de 4 años y adaptar en ese proceso todo el parque automotriz a las directivas medioambientales de 2035.

Autobuses eléctricos vs autobuses de hidrógeno

Robador compara en su trabajo las dos opciones posibles para el reto de transformar una flota como la municipal a 'cero emisiones': autobuses eléctricos o de hidrógeno. De entrada, la comparativa es favorable a la electricidad, pues haría falta construir una estación hidrogenera y es un proyecto, hoy por hoy, novedoso y costoso. No obstante, la ciudad tampoco cuenta con puntos de recarga eléctricos suficientes para mantener activa una flota de 73 autobuses.

Ventajas del hidrógeno

Por contra, explica Robador, el hidrógeno se manifiesta más competitivo cuantos más usuarios tenga, cuanto más grandes sean las flotas que lo consumen y menos infrautilizada esté la infraestructura de recarga de la hidrogenera. Además, la autonomía actual de un autobús eléctrico está entre los 170-175 kilómetros, lo que apenas deja margen para cubrir las necesidades de Burgos, máxime con los rigores climáticos que sufre durante buena parte del año y que afectan al comportamiento de las baterías.

Una hidrogenera pública de libre acceso

Por ello, estudiadas al detalle las diversas alternativas, este ingeniero plantea como solución para la ciudad la construcción de una hidrogenera pública de libre acceso, que abastezca tanto a los autobuses municipales 'verdes' como a empresas y particulares. Es una inversión muy cuantiosa, pero que puede acogerse a un amplio abanico de ayudas europeas y que supondría un primer paso para la implementación de esta tecnología verde en la ciudad.

Un ecosistema que favorecerá el uso del hidrógeno

«Si el Ayuntamiento asumiese este reto, se convertirá en un agente dinamizador que permitirá generar un ecosistema que favorecerá el uso del hidrógeno entre empresas logísticas, particulares y también industrias», concluye Robador, que no oculta que ya hay planes en marcha en muchas ciudades medianas que competirán con Burgos por ser un espacio de 'cero emisiones' impulsado con H2.