El Papa Francisco está a punto de canonizar a 7 españoles fallecidos en Siria durante la Guerra Civil
En un importante reconocimiento a la fe y el martirio, el Papa Francisco se encuentra a punto de canonizar a 7 españoles que perdieron la vida en Siria durante la Guerra Civil española. Estos mártires cristianos, que dieron su vida por su fe, serán elevados a los altares en un acto solemne que conmocionará a la comunidad católica en todo el mundo. La canonización de estos héroes de la fe es un tributo a su valentía y dedicación a la causa cristiana, y servirá como un ejemplo para las generaciones futuras. La noticia ha generado un gran interés en España y en la comunidad católica internacional.
Francisco aprueba canonización de españoles asesinados en Siria por odio a la Fe
El Papa Francisco aprobó este jueves los votos favorables para la canonización del beato español Manuel Ruiz y otros siete frailes franciscanos, seis de ellos españoles, así como tres laicos, asesinados todos en Damasco (Siria) en 1860 por odio a la Fe.
En una reunión con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio (Ministerio Vaticano) para la Causa de los Santos, el Papa firmó este decreto, junto con otros, aprobando los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos para la canonización de estos religiosos y de tres fieles laicos.
La vida de Manuel Ruiz
Manuel Ruiz fue ordenado sacerdote en 1830 y fue destinado a Tierra Santa junto a otros 19 compañeros, desembarcando en un primer momento en Jaffa (Israel), y posteriormente trasladándose a Damasco (Siria) para estudiar árabe, según su biografía publicada en la Real Academia de Historia de España.
Tras un breve período que le hizo pasar por Italia y España, el beato volvió a Damasco y fue nombrado superior de la comunidad franciscana en aquella ciudad, coincidiendo con el aumento de la persecución a cristianos en el Líbano y Siria.
La persecución y la masacre
Fue asesinado el 10 de julio de 1860 junto a otros siete frailes, los españoles Carmelo Bolta, Nicanor Ascanio, Nicolás María Alberca, Pedro Nolasco Soler, Francisco Piñazo Peñalver, Juan Fernández y el austríaco Engelberto Kolland; y tres fieles laicos, Franco, Abdel Mooti y Rafael Massabki.
Los cuerpos de los religiosos asesinados juntos pudieron ser recuperados tras la masacre, y su causa de beatificación comenzó en 1872.
El camino hacia la santidad
El camino hacia la santidad tiene tres etapas: ser declarado venerable siervo de Dios, beato y finalmente santo.
Un venerable siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica, mientras que para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para ser canonizado - hecho santo - se precisa un segundo milagro después de ser proclamado beato.
Con esta aprobación, el Papa Francisco da un paso más hacia la canonización de estos mártires, que dieron su vida por su fe en Siria en 1860.
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