En el ámbito de la exploración espacial, la próxima década promete ser emocionante gracias al desarrollo del próximo Rover de Marte, un avance significativo en la tecnología de baterías nucleares. Esta innovadora tecnología permitirá al Rover permanecer en el planeta rojo durante períodos más prolongados, lo que a su vez permitirá la recopilación de datos más precisos y exhaustivos sobre el entorno marciano. Con esta tecnología, se espera que el Rover pueda operar durante años, lo que revolucionará la forma en que se realizan las misiones espaciales. En este artículo, exploraremos las características clave de este nuevo Rover de Marte y cómo su tecnología de baterías nucleares cambiará el juego en la exploración espacial.
Avanzada tecnología nuclear ilumina la exploración espacial: el próximo Rover de Marte
La próxima misión europea a Marte empleará un revolucionario dispositivo de propulsión nuclear que utiliza americio-241 para mantener calientes sus componentes, un gran avance en la exploración espacial.
La Agencia Espacial Europea (ESA) comunicó los detalles de esta misión, que contará con la colaboración de la NASA tras la cancelación de la asociación con Roscosmos debido a la invasión rusa de Ucrania.
Unidades calentadoras de radioisótopos (RHU)
Este sistema, conocido como unidades calentadoras de radioisótopos (RHU), aprovechará el calor producido por la desintegración del americio-241, diferenciándose de los tradicionales RHU que utilizan plutonio-238. Aunque el americio-241 genera menos energía por gramo, es más abundante y económico, lo que podría reducir los costes totales de la misión.
Las RHU europeas, desarrolladas bajo el proyecto ENDURE, no solo calentarán los componentes del módulo de aterrizaje que despliega el rover Rosalind Franklin, sino que también ofrecerán respaldo en caso de problemas durante el despliegue. Este avance permitirá prolongar la vida útil del módulo de aterrizaje y explorar zonas antes inaccesibles en Marte.
El rover Rosalind Franklin
El rover Rosalind Franklin, equipado con un taladro de 2 metros para buscar rastros de vida antigua bajo la superficie marciana, estaba programado para lanzarse en 2018, pero enfrentó retrasos técnicos y la pandemia de la COVID-19. Con la salida de Roscosmos, la ESA tuvo que rediseñar el módulo de aterrizaje y confiar en la NASA para llenar los vacíos tecnológicos, incluyendo motores de frenado y capacidad de lanzamiento en 2028.
Desarrollo de las RHU de americio
El desarrollo de las RHU de americio, liderado por el equipo de la Universidad de Leicester y el Laboratorio Nuclear Nacional del Reino Unido, requiere certificación de seguridad antes de su lanzamiento. Estas innovaciones podrían allanar el camino para futuras baterías nucleares que amplíen significativamente las capacidades de exploración de la ESA para la próxima década.
Estas tecnologías revolucionarias podrían ser el punto de partida para futuras misiones espaciales más ambiciosas y duraderas, permitiendo a la humanidad explorar y comprender mejor el universo.
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