En el sur de España, en la provincia de Málaga, se esconde un secreto que ha atraído a personajes históricos y visitantes de todo el mundo. Se trata de un pueblo termal que ha sido un refugio para aquellos que buscan aliviar sus dolores y relajarse en un entorno natural. Entre ellos, se encuentra Julio César, el famoso líder romano que, según la leyenda, acudió a este lugar para encontrar alivio para sus dolores. Y lo que es más sorprendente, estas aguas termales gratuitas siguen siendo un tesoro escondido para los visitantes de hoy en día. En este artículo, descubriremos más sobre este pueblo termal y sus aguas milagrosas que han sido un secreto bien guardado durante siglos.
Casares, el pueblo málagueño que esconde un tesoro de aguas termales gratuitas
Vista del pueblo de Casares. (Foto: Edu Gomez)
Enclavado entre la Serranía de Ronda, la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, el pintoresco pueblo de Casares (Málaga) esconde un tesoro histórico: los Baños de la Hedionda, un manantial de aguas sulfurosas que desde la Edad Media ha sido fuente de salud y bienestar para quienes buscan aliviar sus dolencias.
Una historia que se remonta a la época romana
La historia de los Baños de la Hedionda se remonta a la época romana. Cuenta la leyenda que el mismísimo Julio César, tras una agotadora batalla, encontró refugio en Casares. Al sumergirse en las aguas sulfurosas del manantial, experimentó una milagrosa curación, motivándolo a ordenar la construcción de estos baños como un tributo a su poder curativo.
Las obras del edificio de los Baños comenzaron en el siglo XVII, aunque su uso regular no se inició hasta el siglo XVIII. En aquella época, el turismo de baños interiores estaba en auge, y los Baños de la Hedionda se convirtieron en un referente de salud en la provincia de Málaga.
Un conjunto de estructuras históricas
Rodeando los Baños de la Hedionda, un conjunto de estructuras relacionadas con el aprovechamiento del agua del arroyo de los Molinos nos transporta a través del tiempo. Acequias, puentes y acueductos, algunos de ellos datados en la época moderna y contemporánea, son testigos silenciosos del ingenio de nuestros ancestros para aprovechar al máximo este valioso recurso.
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