¿Jugada maestra o victoria en diferido? El rechazo a Le Pen no es un abrazo a Macron

¿Jugada maestra o victoria en diferido? El rechazo a Le Pen no es un abrazo a Macron

El resultado electoral en Francia ha generado un debate político intenso en torno a la victoria de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen en las elecciones presidenciales. Mientras algunos analistas ven en este resultado una jugada maestra para Macron, otros lo consideran una victoria en diferido, ya que la derrota de Le Pen no necesariamente implica un apoyo inequívoco al presidente francés. En este sentido, es importante analizar los matices detrás de este resultado y no confundir el rechazo a la extrema derecha con un apoyo incondicional a Macron.

La jugada maestra de Macron: ¿Jugada maestra o victoria en diferido?

Ya lo avisó Charles de Gaulle: Siempre elige la forma más difícil, en ella no encontrarás oponentes. Normalmente el camino más difícil, también será aquel que nos proporcione unos mayores beneficios. Y parece que Emmanuel Macron ha seguido este consejo al adelantar las elecciones a la Asamblea Nacional para dar la voz al pueblo y frenar a la ultraderecha de Le Pen.

La gran pregunta es cómo se ha llegado hasta aquí. Con una maniobra de Emmanuel Macron no solo para ponerse a prueba a sí mismo, sino también las costuras de un sistema político francés que se ha fraccionado y con una opinión pública muy cansada.

El rechazo a Le Pen no es un abrazo a Macron: ¿qué juegos políticos se están jugando en Francia?

El rechazo a Le Pen no es un voto a Macron, sino que el presidente y su espacio han tenido en muchos lugares un voto prestado porque la izquierda ha retirado sus candidaturas, y viceversa. El 'no' a Le Pen no ha sido un abrazo a Macron, insiste Sergio Príncipe, doctor en Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid.

La izquierda gana, Macron 'noquea' a Le Pen, pero nadie tiene mayoría. El complicado laberinto para gobernar ahora Francia.

La victoria en diferido de Le Pen: ¿qué significa para la izquierda y la ultraderecha en Francia?

La situación de un resultado inesperado por malo no es nueva para Le Pen, avisa Príncipe, porque su mirada está puesta en las presidenciales de 2027 y podría recuperarse, sobre todo si Macron es arrogante y no arma un Gobierno capaz de hacer política calle a calle. El macronismo se ha librado de la cohabitación con la derecha radical, pero tendrá que hacerla con la izquierda.

Francia entonces mirará en las dos direcciones: Será importante ver cómo se rearma Le Pen, pero también qué hace o qué no hace Macron, que puede llegar a dentro de dos años dejando un legado sobre cómo se frena a la ultraderecha. En sus manos está.

La división en Francia: ¿cómo se jugará el futuro político con Macron y Le Pen en el juego?

Francia, con todo, queda dividida en tres bloques. En el primero, el Frente Popular sabe que goza de buena salud pese a los achaques. Se habla mucho de bloqueo con los resultados de Francia, pero esto es porque el país no está acostumbrado, por su sistema electoral, a funcionar con parlamentarismo, es decir, a llegar a acuerdos con fuerzas distintas.

Ahora la izquierda tendrá que encontrar su propios equilibrios si quiere acceder a Matignon, aunque de momento el macronismo no cede demasiado terreno. Jean Luc Melénchon quiere a uno de los suyos como primer ministro, pero Macron no cede; así, la solución puede pasar, como asegura Gil, por un perfil más cercano a la socialdemocracia, que pueda convencer a los liberales y también a la izquierda más radical.

Empieza por tanto el juego de cromos, y el PS tiene en su haber ser una fuerza en auge, capaz de ser parte del Frente Popular y a la vez de entenderse con el macronismo.

Tres lecturas diferentes: Macron se sabe vivo, al menos de momento. La jugada le ha salido bien. Usó la estrategia del miedo para frenar a la ultraderecha tras las elecciones europeas, confiando en que desde la derecha moderada hasta la izquierda más radical unieran fuerzas frente a RN: deseo concedido.

Y Le Pen considera que la cosa no pinta tan mal para RN; solo es cuestión de esperar, insiste. Ve el resultado como una victoria en diferido porque sus datos son los mejores históricamente desde la fundación del Frente Nacional.

La derecha radical va a más, pero los sistemas de doble vuelta se le resisten a la hora de alcanzar el poder. Achaca el hecho de quedarse cortos las alianzas antinaturales que ha hecho Macron con la izquierda, pero lo cierto es que resiste bien en las zonas rurales, sobre todo, con un discurso que apela a los trabajadores y a los sectores más desencantados de la población.

El cordón sanitario aguanta en el momento de la verdad, pero no evitó su victoria en las europeas ni su irrupción en las legislativas.