En un movimiento que busca proteger la competencia justa en el mercado europeo, la Comisión Europea ha decidido investigar las restricciones geográficas al suministro en la Unión Europea. Esta decisión se produce después de que la empresa Mondelez, propietaria de la marca de galletas Oreos, recibiera una multa por limitar la distribución de sus productos en algunos países de la UE. Esta práctica, conocida como restricción geográfica, puede distorsionar la competencia y perjudicar a los consumidores. La investigación de la Comisión Europea busca determinar si otras empresas también han estado implementando estas prácticas restrictivas y tomar medidas para garantizar un mercado más justo y competitivo.
La UE investiga restricciones geográficas en suministro de productos
La Comisión Europea ha decidido investigar las limitaciones y restricciones territoriales al suministro de algunos productos que cambian su precio dependiendo del Estado miembro en el que se comercialicen. Esta decisión surge después de la multa de 337,5 millones de euros impuesta al grupo Mondelez, fabricante de chocolates y galletas como Oreo, Milka y Toblerone, por imponer barreras injustificadas al comercio de sus productos entre Estados miembro.
La comisaria europea responsable de Competencia, Margrethe Vestager, anunció esta medida en una rueda de prensa después de reunirse con los ministros del ramo de los 27 Estados miembro en Bruselas. El debate ha surgido a raíz de la propuesta de varios países, entre ellos Países Bajos, Bélgica, Chequia o Dinamarca, que piden que se actúe para eliminar estas restricciones mediante una prohibición de la UE sobre discriminación basada en el lugar de establecimiento.
Un ahorro potencial de 14.100 millones de euros al año
Según un estudio de la Comisión en 16 Estados miembro, la eliminación de estas restricciones podría ahorrar potencialmente 14.100 millones de euros al año a los consumidores. La comisaria Vestager ha explicado que si una empresa tiene una posición dominante y ha firmado acuerdos anticompetitivos, disponemos de herramientas que podemos utilizar, pero si no cumple estos requisitos, hay mucha controversia.
La comisaria ha reconocido que algunas voces señalan que la diferencia de precios a ambos lados de una frontera sólo refleja los aranceles o el poder adquisitivo del territorio, mientras que otras afirman que se trata de restricciones territoriales.
La UE busca soluciones conjuntas con los Estados miembro
Por esta razón, la comisaria ha avanzado que Bruselas recabará datos de forma conjunta con los Estados miembro para ver qué soluciones se pueden aportar en este tipo de cuestiones cuando las compañías afectadas no tienen una posición dominante y carecen de acuerdos anticompetitivos.
La Comisión Europea busca encontrar una solución que beneficie a los consumidores y promueva la competencia justa en el mercado.
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