La convivencia con hijos adultos en el hogar puede tener efectos negativos en la salud mental y física de las madres, según un estudio

La convivencia con hijos adultos en el hogar puede tener efectos negativos en la salud mental y física de las madres, según un estudio

Un nuevo estudio ha revelado un aspecto poco conocido de la vida familiar que puede generar preocupación en muchas madres. La convivencia con hijos adultos en el hogar, situación cada vez más común en la sociedad actual, puede tener efectos negativos en la salud mental y física de las madres. Aunque se considera que la familia es un núcleo fundamental de apoyo y amor, la cohabitación con hijos adultos puede generar estrés, ansiedad y depresión en las madres, según los resultados del estudio. En el siguiente artículo, se presentarán los detalles de esta investigación y se analizarán las posibles consecuencias de esta situación en la vida de las madres.

La convivencia con hijos adultos puede tener efectos negativos en la salud mental y física de las madres

La convivencia entre progenitores e hijos adultos es un hecho frecuente en España y otros países europeos. Según datos de Eurostat (2023), la media de edad a la que los hijos abandonan el hogar familiar en España se sitúa en torno a los 30 años, similar a otros países del sur de Europa.

Además, en los últimos años, especialmente debido a la crisis del coste de la vida y el incremento del precio de la vivienda, se observa con preocupación en muchos países el fenómeno llamado hijos boomerang, jóvenes que abandonan el hogar familiar pero retornan a él en una fecha posterior. En términos generales, la proporción de jóvenes en edades de 25 a 34 años que conviven con sus padres se cifra en torno al 40% en el sur de Europa.

El impacto en la salud mental y física de las madres

El estudio, publicado en Social Science & Medicine, investiga el impacto que la convivencia con hijos adultos tiene sobre la satisfacción con la vida de los progenitores españoles de entre 50 y 75 años. En particular, se estudia si este efecto difiere según la edad de los hijos.

Según los resultados, la presencia de hijos adultos en el hogar familiar puede generar ansiedad o frustración en los progenitores, especialmente en las madres, que tienden a responsabilizarse más de mantener los lazos familiares y realizar una mayor parte del trabajo doméstico.

La carga psicológica de las madres

El estudio utiliza datos provenientes de la Encuesta Financiera de las Familias, que lleva a cabo el Banco de España de forma trienal. Los datos incluyen información demográfica de cada hogar encuestado, lo que permite observar cambios en la composición del hogar como resultado de la entrada o salida de hijos adultos del hogar.

Los resultados muestran que la convivencia con hijos adultos mayores de 30 años tiene un efecto negativo sobre el bienestar de los progenitores, especialmente en las madres, que experimentan un deterioro en su bienestar de magnitud considerable (equivalente a un deterioro de la salud de muy buena a aceptable).

En particular, la convivencia con hijos varones de más de 30 años tiene un efecto negativo significativo sobre el bienestar de las madres, mientras que la convivencia con hijas no parece tener ningún tipo de impacto.

Conclusión

Los resultados de este estudio pueden considerarse una motivación adicional para implementar políticas que favorezcan la emancipación de los jóvenes, no solo por su propio bien sino también por el de sus madres.