«La lectura gratuita es un derecho fundamental»

De la comunicación empresarial a la pasión por las bibliotecas

Con una formación universitaria en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid y especializada en Comunicación Corporativa en Reino Unido, esta guechotarra decidió cambiar de rumbo profesional y apostar por la biblioteconomía.

Después de trabajar en comunicación web en una empresa, decidió dejar atrás su carrera para estudiar Biblioteconomía y lograr una plaza de auxiliar en la localidad asturiana de Peñamellera Baja. Dos años y medio después, consiguió la plaza de bibliotecaria en Aranda.

De la comunicación a las bibliotecas

Yo trabajaba en la comunicación de la empresa y no me gustaba lo que hacía. Siempre he pasado mucho tiempo en las bibliotecas y pensé 'ya que paso todas mis tardes en la biblioteca, por lo menos a ver si consigo que me paguen por ello', explica.

La atracción por las bibliotecas

La pasión por las bibliotecas nació desde muy joven. Me gusta que sean lugares tranquilos y siempre he estado en bibliotecas. Desde bien pequeña iba a hacer los deberes en la biblioteca, luego de adolescente y en la universidad, echaba muchas horas como todos los estudiantes, y he mantenido la costumbre de adulta.

La elección de Aranda

Coincidió que salió la plaza y me apunté. Quedaría mejor decir que me apunté porque desde pequeña era un sueño venir aquí, pero no es la realidad. Me apunté a más ciudades, en Madrid hice algún examen de facultativo de bibliotecas, eso sí, todo de Madrid para arriba.

La primera impresión de la biblioteca de Aranda

Que es muy grande; claro, yo venía de una biblioteca de un pueblo muy pequeñito, de una biblioteca diferente pero bonita también. Aquí está todo mucho más separado en secciones, el fondo es mucho más grande, es una biblioteca muy completa y con la que se pueden hacer muchas cosas.

La recepción de la plantilla y los usuarios

La verdad es que muy bien, me están ayudando mucho. Al final, esta biblioteca que llevaba ocho años funcionando bien sin bibliotecario, son gente que ya tiene muchos años de experiencia y que sabe muy bien cómo funcionan las cosas. Me están enseñando cómo se hacen cosas que yo no había hecho nunca, me están enseñando la biblioteca y sus fondos.

La recepción por parte de los usuarios ha sido cálida. La semana pasada tuvimos unos voluntarios que vinieron a leer cuentos en la actividad de 'A leer sin parar' y ahí sí que me presentaron y, la verdad, que la acogida fue muy calurosa, tanto por parte de los padres como de los niños y hombres.

Proyectos y planes de futuro

Estamos en un proceso de juntarnos todas para ver las ideas que tenemos, porque ellas igual tenían muchas ideas que no habrán podido hacer, que se les habrán quedado en el tintero. Estamos mirando también la actividad en redes sociales e intentar entre todas hacer un plan de futuro más definido.

La bibliotecaria tiene un plan claro para impulsar la biblioteca. Yo creo en la biblioteca pública como un sitio de encuentro, al que pueda venir gente de todas las edades, donde podemos hacer actividades diferentes. Es un sitio donde puedes coger libros y leerlos aquí o llevártelos a casa. Eso es espectacular, porque la lectura gratuita creo que es un derecho fundamental, pero la biblioteca también tiene que ser un sitio donde venga la gente a hacer cosas en torno a la lectura y los libros.

La salud de la biblioteca

La salud de una biblioteca se mide por su número de usuarios. En el caso de la biblioteca de Aranda, hay 22.939 carnés expedidos, pero el número real de usuarios es mayor gracias a la Red de Bibliotecas de Castilla y León. El año pasado, se realizaron 44.472 préstamos de documentos, lo que da una idea de la vida que tiene esta biblioteca.