En España, la búsqueda de un empleo digno y estable se ha convertido en una verdadera odisea para muchos jóvenes. A pesar de que los contratos precarios han disminuido en los últimos años, la tasa de desempleo juvenil sigue siendo alarmantemente alta, muy por encima de la media europea. Según los últimos datos, más de un tercio de los jóvenes españoles entre 16 y 24 años se encuentran sin empleo, lo que supone un grave problema para el futuro económico y social del país. La situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que la inestabilidad laboral y la falta de oportunidades pueden llevar a una desesperanza y una pérdida de talento en una generación que debería ser la base del crecimiento y la innovación en España.
La lucha por encontrar un empleo en España: temporalidad y desempleo juvenil siguen siendo un problema
La situación de los jóvenes en España está lejos de ser ideal. A pesar de que la cantidad de personas con educación superior ha aumentado en los últimos años, esto no se traduce en una mejora en la situación laboral y, por ende, en la edad de emancipación.
Según el dossier Jóvenes, oportunidades y futuros en España y Portugal del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, los españoles tardan hasta cuatro años más en dejar la casa de sus padres en comparación con la Unión Europea.
La educación no es suficiente
La educación, la empleabilidad y la sociabilidad son tres de los ámbitos más importantes para cualquier joven. Sin embargo, en España, vemos resultados que, si bien muestran una evolución en algunos aspectos, en otros seguimos a la zaga de la Unión Europea.
En el mercado de trabajo, la situación de los jóvenes depende en gran medida de contratos temporales que muchos van enlazando de manera sucesiva. Aunque ha habido un efecto positivo en la estabilización de los contratos de los jóvenes, la temporalidad en los contratos de los españoles de entre 25 y 34 años se sitúa en el 30,5%, muy por encima del dato de la media europea, del 18,4%.
Hay que tener cuidado con la estabilidad de lo precario, afirma Alejandro Godino, coautor del estudio. Lígia Ferro, también coautora, comenta que los jóvenes no tienen una remuneración compatible con sus calificaciones, sobre todo si comparamos con países del centro y el norte de Europa, lo que lleva a muchos a abandonar España en busca de mejores condiciones.
Desempleo juvenil en España
El 39,5% de los jóvenes tienen contratos temporales y se emancipan a los 30,3 años. Aunque el acceso al mercado laboral parece haber mejorado, la parte negativa está en la mayor cantidad de jóvenes con educación básica en España, número que en el caso europeo se reduce a más de la mitad.
La investigadora pide valorar la inversión que hacen los jóvenes en su cualificación facilitando su acceso al mercado laboral y valorándoles en función de su preparación, en términos de remuneración y garantizándoles tiempo libre.
La emancipación
Otro de los aspectos que han analizado en el dossier es la sociabilidad, las relaciones interpersonales de los jóvenes, incluyendo las que mantienen con sus progenitores. En este caso, España y Portugal sí se encuentran a la cabeza de Europa, con el 70,6% de los jóvenes españoles teniendo, como mínimo, una interacción con sus padres al día, número que se reduce hasta el 49,2% en el caso de la población europea.
El 56,6% de los españoles se sienten muy próximos a sus progenitores, pero esto puede ser reflejo de una realidad negativa, y es que tardan más que los europeos en emanciparse. La edad media de emancipación del conjunto de la Unión Europea se sitúa en los 26,4 años, mientras que en España asciende hasta los 30,3 años, según datos de Eurostat de 2022.
Estamos hablando de que existe una diferencia de casi cuatro años, aunque si se pone la atención en aquellos que han dejado las casas de sus padres, el resultado sigue siendo similar, demostrando la gran sociabilidad de los españoles.
Por último, el informe destaca que la red familiar constituye una fuente de recursos más importante que en otros países occidentales, lo que quiere decir que los jóvenes se refugian en sus familias en detrimento del Estado en busca de los recursos que no se ofrecen de forma institucionalizada, influyendo, de nuevo, en la emancipación.
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