En España, una alarmante realidad económica rodea la infancia. Un informe reciente revela que más de la mitad de los niños y adolescentes españoles crece en hogares que luchan para llegar al fin del mes. Esta situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que la pobreza infantil puede tener graves consecuencias en el desarrollo físico, emocional y educativo de los menores. La carestía económica en los hogares españoles está afectando la calidad de vida de los niños y adolescentes, lo que puede tener un impacto negativo en su futuro. Es hora de tomar medidas para abordar esta problemática y garantizar que los niños españoles tengan acceso a las oportunidades y recursos necesarios para desarrollarse plenamente.
La realidad económica de la infancia: más de la mitad de los niños y adolescentes españoles crece en hogares con carestía para llegar al fin del mes
Una alarmante situación económica enfrentan los niños y adolescentes españoles. Según el informe anual Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia 2024, más de la mitad de la población infantil, el 55%, crece en hogares que afrontan dificultades para llegar a fin de mes. Esta situación se traduce en carencias materiales severas, lo que afecta directamente la calidad de vida de los menores.
Entre las carencias materiales severas se encuentran la incapacidad de permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, no poder costearse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada, no poder afrontar gastos imprevistos, haber tenido retrasos en el pago de la vivienda, no poder permitirse un coche, no poder permitirse un teléfono, no poder permitirse un televisor, y no poder disponer de una lavadora.
Cerca de un millón y medio de niños y adolescentes españoles han experimentado retrasos en el pago del alquiler o de la hipoteca de la vivienda. Esta situación ha llevado a que España alcance el récord histórico en carencia de material severa en hogares con menores a su cargo.
El director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra, ha alertado que claramente tenemos un problema histórico. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan un deterioro de la calidad de vida de los menores en España, que sufren la segunda peor tasa de pobreza infantil de toda la Unión Europea (UE): el 28,9% está en esta situación.
La carencia material severa en niños y adolescentes ha alcanzado el 10,8% de la población infantil, lo que supone 4,8 puntos porcentuales más que en 2019. Son las tasas más elevadas de toda la serie histórica, ha indicado la autora del informe, Eva García.
Además, la pobreza energética y alimentaria presenta los registros más altos desde que se tienen datos. Casi el 20% de los hogares con niños y adolescentes no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada; porcentaje que se dispara hasta el 34% en el caso de las familias monoparentales. El 6,9% de los niños no pueden permitirse carne, pollo o pescado al menos cada dos días, lo que puede llevar a problemas de malnutrición infantil.
La situación es grave y requiere atención inmediata para garantizar el bienestar de los niños y adolescentes españoles.
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