La Red Global de Comunicación

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La Red Global de Comunicación

En la era digital en la que vivimos, la comunicación se ha convertido en un elemento clave para el desarrollo y el progreso de nuestras sociedades. La capacidad de intercambiar información de manera rápida y eficiente es fundamental para el éxito de cualquier organización, ya sea en el ámbito empresarial, educativo o gubernamental. Es en este contexto que surge la Red Global de Comunicación, una infraestructura que busca unir a la humanidad a través de una red de conexión sin fronteras ni límites. Esta innovadora plataforma tiene como objetivo facilitar la comunicación instantánea y la colaboración entre personas de todo el mundo, independientemente de su ubicación geográfica.

La Red Global de Comunicación: ¿Podemos romper con la asfixia ideológica y regresar a la libertad de pensamiento?

El verano suele pedir, sin decirlo, a los que escribimos artículos de opinión que abandonemos la esgrima habitual de crítica a la actualidad y la sustituyamos por construir con nuestras palabras castillos en la arena que recuerden a la infancia, al mar y a los largos atardeceres de los meses más calurosos del año. Y es que, la rueda de la actualidad estos meses suele ir más lenta.

El mar, un lujo para pocos

El mar, un lujo para pocos

Efectivamente, uno de los símbolos más veraniegos es el mar o el océano. Un lujo que durante el año completo solo disfrutamos unos pocos, aquellos residentes en zonas costeras, pero que en verano suele «democratizarse» y llegar a casi todos.

La labor de los «hombres del mar»

Es en verano también, paseando por la playa o por el puerto municipal cuando muchos se fijan en la labor de los «hombres del mar». Esos que de Galicia a Cádiz, de Valencia a las Islas Baleares o del País Vasco a Málaga faenan entre las olas para que podamos comer todo tipo de pescado fresco. Pescado que atrapan con sus redes, esas que vemos amontonadas cuando cae el sol y el olor a bajamar nos invade.

Atrapados en una red

Mirando a esas redes que atrapan a los peces, no es difícil verse identificados con ellos. Porque muchas veces, también nosotros estamos atrapados en una red. Y no solo por la dependencia digital que hemos generado de las redes sociales, que también, sino porque muchas de las decisiones que tomamos, de las tendencias y modas que seguimos, parece que vienen acotadas por una red de las que no podemos salir. Como peces recién pescados.

La ideología de izquierdas y la red de la asfixia

En muchas de esas situaciones y decisiones, sobre todo en el último tiempo, ha sido la ideología de izquierdas, concretamente lo que hoy se denomina «lo woke», quien ha tejido con inteligencia y tesón una robusta red que nos limita. Una red que cancela, en muchas ocasiones, el pensamiento discrepante y que cada vez se cierra más. Una red que revisa el pasado y lo intenta asfixiar para que desaparezca. Y muchos de los que están dentro de la red han decidido ser felices en ella, amoldarse a su forma y no salir.

El equipo de «opinión sincronizada»

En España esa red la han tejido lo que muchos llaman el equipo de «opinión sincronizada». Es decir, multitud de opinadores y personajes mediáticos en la sociedad que, de manera coordinada, casualmente, defienden cada posición y decisión que favorece al Gobierno de Sánchez y puede perjudicar al principal partido de la oposición.

Atrapados en la red de la opinión sincronizada

Porque, salvo excepciones, en cada tema que queremos discrepar contra el Gobierno, normalmente, nos vemos atrapados en esa red: con la mayoría de la prensa en contra, los valores culturales trabajados a través del entretenimiento en contra y, por supuesto, multitud de estudios, informes, y asociaciones que, también, casualmente, están en contra. Incluso, a veces, algunas empresas a las que, en teoría, el Gobierno perjudica, también están en contra. En contra de la lógica y la razón.

La reacción a la presión de la red

Por eso, es un tiempo en el que, con la presión que ejerce la red, es difícil respirar y pensar con el suficiente oxígeno que haga que las ideas fluyan con claridad. Sin embargo, ya sabemos qué puede ocurrir cuando algo se llena por encima de sus posibilidades: que puede colapsar. La avaricia rompe el saco, y eso está empezando a pasar. La reacción a la presión que ejerce esa red en la que, a veces, nos vemos atrapados, está haciendo que la red empiece a romperse con una fuerza bruta de sentido opuesto.

La necesidad de liberarnos de la red

Eso, en el fondo, tampoco es bueno. Porque si la red, aunque sea mala, se rompe, no sabemos dónde caeremos. Y el golpe, tras la caída, puede ser casi tan malo como acabar asfixiados dentro de ella. Por eso, la única manera de volver a nadar libres es ir descosiendo y deshaciendo cada nudo, con eficacia pero también con cuidado de no hacer agujeros innecesarios. Con el cuidado y la eficacia que los hombres del mar nos demuestran cada vez que, en una tarde de verano, los vemos volver de faenar.

Patricia Cruz

Soy Patricia, una periodista apasionada por la actualidad nacional que trabaja en la página web El Informacional, un periódico independiente en Español. Mi misión es informar a nuestros lectores de manera objetiva y veraz sobre los acontecimientos más relevantes de nuestro país. Con un enfoque crítico y comprometido, me esfuerzo por ofrecer un análisis profundo y riguroso de los temas que impactan a nuestra sociedad. Mi objetivo es contribuir a la formación de una ciudadanía informada y crítica a través de mi trabajo en este medio digital de gran prestigio.

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