La sustancia que no es una vitamina, pero es el 'cemento' que mantiene nuestra piel fuerte y saludable

La sustancia que no es una vitamina, pero es el 'cemento' que mantiene nuestra piel fuerte y saludable

La salud cutánea es un tema de gran interés para muchos de nosotros, ya que nuestra piel es el mayor órgano del cuerpo y desempeña un papel crucial en nuestra apariencia y bienestar general. Sin embargo, hay una sustancia clave que a menudo pasa desapercibida, pero que es esencial para mantener nuestra piel firme, elástica y resistente. A diferencia de las vitaminas, que son ampliamente conocidas por sus beneficios para la piel, esta sustancia no es una vitamina, pero cumple una función igual de importante. En este artículo, exploraremos esta sustancia misteriosa y cómo puede ayudarnos a mantener una piel fuerte y saludable.

La vitamina F: la clave para un verano sin manchas ni envejecimiento prematuro

Aunque estemos en verano y la definición nos dé un pelín de calor, a la vitamina F se la conoce popularmente como el abrigo de la piel por su efecto protector completo. En realidad, la vitamina F no es una vitamina, sino un conjunto de ácidos grasos poliinsaturados (linolénico u omega-3, y linoleico u omega-6) que nuestra piel no es capaz de fabricar por sí misma, y que multiplican por mil sus beneficios sobre la piel.

Cómo preparar la piel para el verano, evitar manchas y el envejecimiento prematuro

Situada en primera línea, es decir, en la capa más superficial de la piel, la vitamina F está lista para combatir las agresiones externas y hacer fuerte nuestra barrera protectora. Entre sus múltiples funciones está la de reducir la inflamación celular (responsable en gran medida del envejecimiento prematuro de la piel) gracias a sus propiedades calmantes.

Estos son los beneficios de la vitamina F desde dentro. La vitamina F debe aportarse desde el exterior, a través de la dieta, puesto que el organismo no la produce. Yuri Arcurs peopleimages.com

Los beneficios de la vitamina F

La vitamina F, al no poder ser producida de manera natural por nuestro organismo, necesita ser ingerida mediante la dieta para formar parte de esa barrera cutánea tan importante frente a las agresiones externas. Además, si se incluye en las formulaciones cosméticas, podremos incorporarla a nuestra rutina skincare para multiplicar sus beneficios.

Entre los beneficios de la vitamina F se encuentran:

• Reducción del colesterol LDL (el malo), aumentando el HDL (el bueno)
• Ayuda a luchar contra la hipertensión y las enfermedades coronarias
• Contribuye al correcto funcionamiento del sistema nervioso, combatiendo la artritis reumatoide y la arteriosclerosis, entre otras enfermedades

Alimentos ricos en vitamina F

La vitamina F se encuentra fundamentalmente en los pescados azules, aceites vegetales y algunos frutos secos. Para asegurarnos la dosis justa de vitamina F en nuestro organismo, debemos asegurarnos el consumo de:

• Boquerón, caballa, anchoas, besugo o atún de manera habitual en nuestra dieta
• Pipas de girasol, nueces de macadamia, almendras, semillas de chía y lino, aguacate y aceites vegetales, entre ellos el de girasol, oliva y soja

Además, y por recomendación profesional, siempre podemos ayudarnos de los suplementos alimenticios a base de omega-3 y 6, disponibles en multitud de versiones en el mercado.

El cemento de la piel, vía tópica

Los cosméticos con vitamina F refuerzan la barrera natural de la piel, al tiempo que combaten la deshidratación y calman la piel. Junto a otros tipos de lípidos, la vitamina F funciona como cemento de la piel, rellenando los huecos que existen entre las células de la capa más superficial de la dermis.

La consecuencia principal de su trabajo como protectora de la piel es su poder contra la deshidratación, algo más habitual de lo que imaginamos. La vitamina F evita la pérdida de agua transepidérmica, al tiempo que la protege de la agresión de agentes externos ambientales o microbiológicos que pueden irritarla.

Además, los omega-3 y 6 son especialmente conocidos por sus cualidades calmantes y antiinflamatorias, ayudando a frenar el envejecimiento prematuro vinculado a la microinflamación. Si aplicamos una crema que incluya este ingrediente, por la mañana y por la noche, estaremos aportando un extra antiedad.

¿Lo ideal? Poner un protector solar antes de salir a la calle que contenga vitamina F, para asegurarnos el escudo contra la radiación solar. Como ejemplo, el Gold Skin SPF 50 de Tegoder es una crema solar con color, específica para el rostro, con vitamina F y formulación tres en uno: protege, acelera el bronceado y combate las arrugas, aportando hidratación extra.