Las vacaciones de verano, un desafío para los dueños de mascotas
El verano es sinónimo de vacaciones, y muchos trabajadores disfrutan estos días de las primeras jornadas de asueto. Sin embargo, cuando se trata de planificar las vacaciones, una de las principales preocupaciones es qué hacer con el perro.
Las mascotas son cada vez más comunes en las viviendas, y su presencia plantea un problema para las familias que desean desconectar unos días y marcharse a un destino de playa, de montaña, a un festival o de turismo.
La difícil tarea de encontrar un lugar para las mascotas
En la playa, encontrar un lugar para las mascotas puede ser complejo, ya que muchas tienen restringido o muy limitado su acceso. Además, ciertos hoteles, apartamentos, albergues, bares, restaurantes o museos directamente tienen prohibida su presencia.
Por este motivo, el sector de las residencias caninas no hace sino incrementar su cuota de mercado a cada período estival que pasa.
El auge de las residencias caninas
La oferta de residencias caninas en la provincia no ha dejado de aumentar en los últimos tiempos, espoleada por el incremento de perros, gatos, pájaros, peces, hámsters, entre otros.
En el Centro Canino de Lerma, situado en el municipio burgalés, lo saben muy bien. Desde que abrieron sus puertas hace tres años, el volumen de negocio se ha disparado.
«La llegada del verano es nuestro punto fuerte», explica su gerente, Alberto Martínez. Al encontrarse la villa ducal a medio camino entre Madrid y el País Vasco, Cantabria o Asturias, muchas familias y particulares aprovechan para dejar sus mascotas en el municipio burgalés antes de llegar a su destino vacacional.
Los atractivos del Centro Canino de Lerma
El intenso calor que azota a la capital de España en verano y los elevados precios que cuestan los mismos servicios que ofrecen en otros puntos del país son dos de los principales atractivos del Centro Canino de Lerma.
Además, las plazas suelen agotarse con rapidez en sus ciudades de origen, lo que no deja otra opción a los madrileños que acudir a centros fuera de su comunidad.
Los negocios burgaleses, de este modo, reciben un elevado número de clientes que acuden a la localidad de visita o de fin de semana.
«Vienen, pasan el día conociendo Lerma y por la tarde-noche lo recogen y se van. De esos tenemos muchos», apunta Alberto Martínez.
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