Una reliquia de 7.000 años: Siete caballos losinos se unen a la fauna de Paleolítico Vivo
A pesar de las altas temperaturas que se registraron, seis caballos losinos adultos y tres potrillos no se dejaron vencer y llegaron a los montes de Paleolítico Vivo antes del mediodía, procedentes de Quincoces. Dejaron atrás a sus criadoras, Ana Isabel Urgel y Elena Oña, para ponerse bajo los cuidados de Estefanía Muro, bióloga, ganadera e impulsora del proyecto de Salgüero de Juarros, junto a Eduardo Cerdá.
A partir de ahora, estos nueve ejemplares losinos, raza autóctona de la provincia, vivirán bajo la atenta mirada de Muro, pero también de los uros que desde hace años pueblan Paleolítico Vivo y, por supuesto, de los ojos de los cientos de visitantes y las cámaras de estos que no dejarán de fotografiarlos.
Una nueva familia en el monte
De momento, explica Estefanía, los losinos se han ubicado en el mismo territorio de los animales bovinos de la familia de las vacas y toros y cebúes, porque de entrada ambas especies se adaptan bien a convivir, aunque la intención es habilitar un cercado para los nuevos pobladores cuando estén más adaptados.
Con su llegada, aumenta la gran familia, compuesta ya por bisontes, los propios uros, caballos tarpanes y przewalski y las vacas hailland escocesas.
Un guiño a la provincia y a los ganaderos
Aunque los losinos siempre estuvieron en la mente de Muro y Cerdá, reconocen que al principio no les encajaba porque se trataba de poblar el monte de animales del Paleolítico. Pero con el avance al Neolítico ya comenzaron a ver el encaje de esta raza. Es un guiño a la provincia y a los ganaderos que luchan por la supervivencia del losino, a la que ahora contribuye Paleolítico Vivo.
No se quisieron perder en la llegada de los nuevos pobladores miembros de la Unidad Veterinaria y de Ganadería de la Junta; Roberto Lozano, de Fundación Oxígeno y Miguel Molina, cámara de Rodríguez de la Fuente.
La llegada de estos nueve ejemplares losinos es un paso importante para la conservación de esta raza autóctona y un testimonio del compromiso de Paleolítico Vivo con la protección del patrimonio natural y cultural de la región.
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