Malvinas, un conflicto latente revive en un videojuego
El archipiélago de las Malvinas, ubicado a 600 kilómetros de la costa patagónica, fue escenario de una guerra entre Argentina y el Reino Unido en 1982. Ahora, con el videojuego Malvinas. La Última Carta, los jugadores revivirán una porción de un hecho trágico que sigue presente en la vida social, política y cultural del país.
El conflicto bélico, que se saldó con la victoria del Reino Unido, dejó un balance de 649 argentinos, 255 británicos y tres isleños muertos. Este proyecto narrativo de ficción se centra en la historia del último superviviente de un batallón argentino que debe proteger las cartas de sus compañeros hasta el final de la guerra.
El videojuego, diseñado por El Burro Studio, un grupo de seis personas, busca llevar a la actualidad un conflicto de hace 42 años. Según Hernán Patané, desarrollador y productor del título, no es un videojuego que vaya a mofarse de lo que le sucedió a los soldados. Sirve para que el tema esté en agenda por otro motivo más, que abra el debate sobre la soberanía de las islas, lo que pasó en la guerra, lo que vivieron los soldados al volver de la guerra y cuál es su situación hoy.
Un homenaje a un conflicto latente
La producción de Malvinas. La Última Carta ha supuesto un gran trabajo de investigación para los desarrolladores, quienes realizaron entrevistas a veteranos y excombatientes para recopilar sus inquietudes y vivencias, que forman parte de la historia del juego.
El elemento de la carta es clave en el juego, ya que según Patané, era algo que diferencia a este juego, sin género específico, que mezcla partes de sigilo con otras de supervivencia. El jugador debe mantenerse con vida en un conflicto que fue muy particular por las características meteorológicas del archipiélago atlántico.
Veracidad y honestidad en el juego
La veracidad es uno de los objetivos del juego, según Patané, quien manifiesta que conceptos polémicos como el exceso de autoridad en las filas argentinas durante la contienda también están presentes. Desde el punto de vista de marketing lo podríamos haber obviado, pero queríamos ser honestos. La idea del juego es poder mostrar todo lo que sucedió en el ámbito de las personas.
El juego, que va en contra de la cultura que busca glorificar la guerra, ha tenido que romper prejuicios, según comenta su creador. El título es autóctono para el público extranjero y la decisión de no doblarlo a otros idiomas es intencionada. El juego está subtitulado en inglés y no queremos que esté doblado en ningún idioma. Queremos que nuestra idiosincrasia cultural viaje, porque nos parece que es momento de plantearla.
Un llamado a la inversión en talento argentino
Finalmente, Patané enfatiza que uno de los pilares del proyecto es que solo estuviera hecho por argentinos y agrega que ojalá eso ayude a que grupos de inversores vean el talento que hay en el país.
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