En medio de una gran polémica, la comunidad religiosa en Murcia se encuentra en el ojo del huracán después de que se revelaran los abusos psicológicos del líder espiritual, un autoproclamado lama que ha estado sometiendo a sus seguidores a castigos y manipulación. Los expertos en psicología han diagnosticado al líder como un psicópata narcisista que ha estado utilizando su poder y autoridad para controlar y manipular a sus adeptos, mientras mantenía una imagen pública de santidad y respeto. La noticia ha causado un gran impacto en la región, llevando a muchos seguidores a cuestionar su lealtad hacia la comunidad religiosa.
La Policía desmantela una secta murciana que daba mercurio purificado a sus fieles
La Fundación Mahasandhi, liderada por un gurú apodado Trascendencia Total, fue desmantelada por la Policía en noviembre pasado en Abanilla (Murcia). El líder, José Manuel C.R., fue detenido y acusado de delitos contra la salud pública, el medio ambiente, los derechos de los trabajadores, la integridad moral y asociación ilícita.
Estado de completa sumisión
Personas que vivieron en la fundación han relatado el estado de completa sumisión en que vivían los adeptos, que debían prestar obediencia total, trabajar durante largas jornadas sin contraprestación o someterse a ayunos y aislamientos.
Testimonios de exmiembros
Cuatro testigos que residieron en la fundación han declarado que vivieron en un estado de completo sometimiento al líder, quien se presentaba como un maestro budista y hinduista. Uno de ellos, Juan (nombre ficticio), relató que trabajó sin descanso durante dos años en tareas de mantenimiento, construcción y jardinería, siempre sin contrato ni contraprestación económica, y sin medidas de seguridad.
Otro testigo, María (nombre ficticio), que estuvo ligada a la fundación durante diez años, trabajó sin contrato ni sueldo en empresas de fabricación de complementos alimenticios a base de plantas medicinales y filtrando mercurio.
Mercurio purificado
El líder de la secta utilizaba mercurio en sus rituales, que se mezclaba con agua y plantas medicinales y se pasaba por un colador de tela para eliminar la toxicidad del metal. Los miembros de la fundación consumían esta sustancia en rituales en los que se consumían también sustancias estupefacientes como ayahuasca, peyote y hongos.
Premios y castigos
Los miembros de la fundación estaban sometidos a un sistema de premios y castigos en el que el aislamiento era constante para aquellos que cuestionaban al líder. La manipulación coercitiva era otra de las prácticas comunes en la secta.
La respuesta de la representante legal
Zaida Olmos, representante legal de la fundación, ha declarado que la fundación no tiene nada que ver ni está involucrada en las acusaciones que se han hecho, está legalmente constituida y con toda la documentación en regla.
El caso sigue en investigación, y los testigos esperan que se haga justicia y se proteja a los miembros que aún siguen en contacto con el líder.
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