En la constante búsqueda de eficiencia energética y ahorro económico, surge la interrogante sobre qué gasta más: encender y apagar la calefacción o dejarla encendida. Este dilema ha sido motivo de debate entre especialistas y usuarios por igual, ya que la forma en que se gestiona el sistema de calefacción puede impactar significativamente en el consumo de energía. Según estudios recientes, el modo en que se regula la temperatura en el hogar puede influir considerablemente en la factura energética, siendo esencial comprender cuál es la alternativa más eficiente. Factores como el tipo de sistema de calefacción, el aislamiento de la vivienda y las preferencias personales entran en juego a la hora de tomar decisiones que no solo afectan el bolsillo, sino también el medio ambiente.
¿Qué gasta más? ¿Encender y apagar la calefacción o dejarla encendida?
En materia de ahorro energético en casa, la calefacción ocupa una de las dudas más frecuentes, ya que es la principal consumidora de energía en los hogares españoles. ¿Es preferible dejarla encendida al mínimo durante todo el día o bien apagarla y encenderla únicamente cuando se necesite?
Expertos desmienten mitos sobre la calefacción: ¿es mejor apagarla o dejarla encendida?
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica aporta la respuesta a esta pregunta y desmontan algunos mitos al respecto. Ante la idea generalizada de que es preferible mantener una temperatura constante en la vivienda las 24 horas del día para ahorrar energía, los expertos desmienten esta creencia, según el Ministerio. Se gasta menos energía apagando la calefacción por la noche o al ausentarnos de casa que manteniéndola encendida, indican.
El motivo reside en que mantener una temperatura constante en el hogar exige un aporte continuo de energía, ya que la vivienda tiene pérdidas de calor, a través de los muros, ventanas o techos, que hay que compensar, explican. De ahí que sea muy importante contar con un buen aislamiento: cuanto peor esté aislada una vivienda, más energía gastará.
Al apagar la calefacción, el sistema deja de gastar energía para compensar las pérdidas de calor, por lo que la energía que se deja de gastar es más que la que se necesita para recuperar la temperatura, agrega el Ministerio para la Transición Ecológica.
A la hora de ventilar la vivienda, lo ideal es hacerlo abriendo a la vez todas las ventanas de la casa, de manera que las corrientes permiten renovar en pocos minutos el aire del inmueble. Al reducir el tiempo de ventilación, se evita también que las paredes se enfríen y, por lo tanto, no conllevará un consumo mayor para volver a calentarlas.
En el caso de que se vaya a permanecer en casa casi todo el día y no quede otra opción que mantener la calefacción encendida, se recomienda ajustar la temperatura en función de la estancia en la que se vaya a estar. Por ejemplo, hay habitaciones, como un sótano o trastero, que no necesitan ser calefactadas. Otros lugares, como los dormitorios o pasillos, deben mantenerse más frescos que el salón comedor, estancias más calientes en las que se suele permanecer sentado.
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