Se cumple el plazo para las clarisas
En un hitórico día para la orden religiosa, se cumple el plazo límite establecido para que las Clarisas puedan regularizar su situación jurídica en el país. Desde la promulgación de la ley de regulación de las órdenes religiosas, las autoridades han trabajado incansablemente para brindar un marco legal que permita a las comunidades religiosas desarrollar sus actividades con total transparencia y seguridad. Ahora, las Clarisas deberán presentar la documentación necesaria para cumplir con los requisitos exigidos por la ley, lo que les permitirá continuar su labor en beneficio de la sociedad.
Las Monjas No Cambian de Idea y Dejan la Iglesia Conciliar
Desde las 9 hasta las 14 horas, el Tribunal Eclesiástico permanecerá abierto hoy en la sede del Arzobispado, esperando la llegada de las diez monjas cismáticas de Belorado. Donato Gómez Arce, vicario judicial, presidirá el tribunal y estará acompañado del notario eclesiástico que dará fe de lo que ahí ocurra.
La incógnita se mantiene porque las religiosas clarisas no se han comunicado con el Arzobispado ni para confirmar que vendrán a declarar ni que no saldrán del monasterio beliforano después de que la semana pasada pidieran que se ampliara en 5 días el plazo para comparecer, demanda que fue aceptada por la máxima autoridad eclesiástica burgalesa.
A la espera de la decisión que adopten, lo cierto es que hay pocas esperanzas de que las religiosas se retracten de su decisión de abandonar la Iglesia Conciliar, tal y como anunciaron hace poco más de un mes, tiempo desde el que llevan atrincheradas en el convento de la Bretonera de Belorado y abrazadas a las ideas del falso papa Pablo de Rojas y su ayudante, José Ceacero, que es quien ha hecho de portavoz de las monjas rebeldes.
Qué Pasará si las Monjas No Comparecen
¿Cuáles son los pasos que dará el Arzobispado a partir de esta tarde si las religiosas no comparecen para retractarse de su postura? Según fuentes del mismo, la primera medida sería la de dictar una declaración de excomunión, que firmaría el arzobispo Mario Iceta, de las diez monjas cismáticas -quedan excluidas las cinco religiosas mayores que no han participado en el proceso-, y que lleva aparejado el cese o expulsión del estado de vida religiosa de las mismas, de tal manera que a partir de ese momento pasarían a ser personas laicas, perdiendo sus votos y sin poder participar de la vida de la Iglesia ni recibir los sacramentos de la misma, es decir, no podrían comulgar ni tampoco confesarse.
Estas consecuencias, apuntan desde el Arzobispado, «podría revertirse si pasado el tiempo se arrepintieran».
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