En un alarmante aumento de la delincuencia organizada, se ha detectado una preocupante tendencia en la región atlántica española. La colaboración ilícita entre astilleros, narcotraficantes y submarinos ha llevado a un fortalecimiento del tráfico de drogas entre Galicia y Cádiz. Esta red criminal ha logrado establecer una ruta marítima clandestina que permite el tráfico de estupefacientes a gran escala. La corrupción y la impunidad dentro de los astilleros han facilitado esta situación, permitiendo que los narcotraficantes utilicen submarinos para transportar drogas a través del Atlántico. Esta noticia preocupa a las autoridades y a la sociedad en general, ya que supone un riesgo grave para la seguridad y la salud pública.
Redes de tráfico de drogas se consolidan entre Galicia y Cádiz
El creciente uso de las conocidas como narcolanchas, las grandes 'gomas' utilizadas para trasladar droga entre las orillas de origen y de destino, ha ampliado también el campo de acción de las redes que se dedican a este tipo de tráfico ilegal. Como también de las personas que participan de este negocio ilícito.
Así se desprende de las interceptaciones que las fuerzas policiales están efectuando y también de las investigaciones que se realizan tras estos decomisos. Esta pasada semana se daba cuenta de un importante operativo por el que se detenía a cuatro ciudadanos de origen colombiano que al verse acorralados por una patrullera de Aduanas decidió hundir el semisumergible en el que, presuntamente, habían cargado una buena cantidad de cocaína.
Pero, si todo hubiera acabado según el plan establecido por ellos esa droga hubiera sido descargada en tierra usando embarcaciones rápidas -transbordando los paquetes en alta mar- o bien de forma directa (algo bastante menos probable) en la orilla. Aunque se detuvo a los implicados más 'evidentes' (los que iban a bordo del aparato) se ha iniciado una investigación para poder determinar quienes eran los responsables de esa carga. Qué red estaba detrás de dicho 'encargo'.
La conexión gallega
Pero al margen de que estos detenidos y esos fardos sean de procedencia sudamericana hay otra cuestión a tener en cuenta: el 'modus operandi' utilizado, unas maneras más propias desde hace unos años de los grandes capos del narcotráfico gallego. Porque el semisumergible hundido a más de 200 millas de la costa de Cádiz era «muy similar» al que han utilizado en otras ocasiones organizaciones de traficantes de Galicia.
Así se especificaba en la información dada a los medios. Un aparato «artesanal» de veinte metros de eslora igual en sus características que los ya localizados en Galicia, en la ría de Aldán en 2019 y en la ría de Arousa en 2023. El último, el interceptado en Vilagarcía de Arousa, fue relacionado por la investigación con Vidal Padín.
Su hallazgo se vinculó con otras narcolanchas que habían aparecido días antes en la costa. 'Poseidón', que así llevaba de nombre este sumergible, había sido construido en un astillero clandestino y cuando se le dio el alto ya estaba vacío. Se sospecha que la droga que llevaba ya había sido descargada.
Astilleros clandestinos
La entrada en vigor de la ley que prohibió el uso de estas embarcaciones en 2018, ha provocado que los cabecillas de las organizaciones asentadas o que 'trabajan' la zona de Cádiz para resolver sus alijos, recurran a astilleros clandestinos especializados y más alejados de esta provincia. Así por ejemplo una reciente investigación determinó que los responsables de 'meter' cientos de kilos de hachís y cocaína por Cádiz tenían sus centro de operaciones en Lisboa.
Portugal también se ha convertido en un país de referencia para estas maniobras ya que allí no se prohíben las narcolanchas y, por tanto, no se requisan. Pero es Galicia donde se ubica la mayoría de estos talleres clandestinos de 'gomas'. Es más, en una de las últimas operaciones contra este tipo de 'astilleros' cayó un familiar del histórico capo cambadés Sito Miñanco quien, casualmente, permanece en la prisión de Botafuegos tras haber sido detenido en Algeciras en la 'operación Mito', mientras que hace años en segundo grado estuvo trabajando en un párking del municipio para poder disfrutar de la semilibertad.
Ya en 2020, en el marco de la 'operación Petricor', desarrollada por la Guardia Civil, se cerraron otros dos astilleros ilegales en Pontevedra. Allí se fabricaban también 'gomas' para los alijos en el Estrecho en pequeños talleres perfectamente preparados para ello y con todos sus componentes a mano. «Unos ponen la zona del pase de la droga y otros la logística», cuenta una fuente a este periódico.
La conexión entre redes
Otra investigación bautizada como 'Keromán y Samario' y realizada por los grupos EDOA y UDYCO, desmembraba a una red que también se dedicaba a reparar y preparar las narcolanchas para otros grupos criminales. El operativo se saldó con 18 detenidos. Entre otros, se detuvo a Otero Magdalena, un veterano piloto de 52 años de planeadoras, nacido en O Grove y al que apuntan como supuesto cabecilla de este grupo.
Experiencia y nuevas formas van aquí de la mano. La alianza entre astilleros, narcotraficantes y submarinos se fortalece en la sombra.
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