En el corazón de la ciudad de Sevilla, una de las más emblemáticas y turísticas de España, se ha producido un suceso que ha generado gran sorpresa y curiosidad entre la población local y los visitantes. En la Catedral de Sevilla, monumento histórico y patrimonio de la humanidad, se ha encontrado un objeto inesperado y misterioso: un cocodrilo de Egipto. La pregunta que todos se hacen es ¿cómo llegó este anfibio exótico a colgar en un lugar tan sagrado y emblemático?
Un misterio en la Catedral de Sevilla: ¿Cómo un cocodrilo egipcio llegó a colgar en la Catedral de Santa María la Sede?
La Catedral de Sevilla, también conocida como Catedral de Santa María la Sede, es un monumento religioso que se erigió sobre los cimientos de una antigua mezquita en el siglo XIII. Tras la Reconquista, la mezquita fue transformada en un monumental templo gótico, cuya construcción comenzó en 1401 y se prolongó durante casi un siglo.
La catedral es un ejemplo de la fusión cultural entre la arquitectura islámica y la gótica, con elementos como el Patio de los Naranjos y la Giralda, antiguo minarete convertido en campanario. Sin embargo, uno de los elementos más peculiares y sorprendentes que se encuentran en la catedral es un cocodrilo disecado que cuelga del techo.
La leyenda del cocodrilo de Egipto
Según la leyenda, este reptil disecado fue parte de una ofrenda enviada por el sultán de Egipto a Alfonso X el Sabio en el año 1260. El sultán buscaba asegurar una alianza matrimonial entre su primogénito y Berenguela, la hija de Alfonso X. Junto al cocodrilo del Nilo llegaron un colmillo de elefante y una jirafa, signos de buena voluntad y de la riqueza del sultán.
La propuesta matrimonial fue rechazada, y los regalos quedaron en Sevilla como testimonios exóticos de un encuentro diplomático fallido. Berenguela de Castilla se consagró a la vida religiosa tras ingresar en el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, en Burgos.
La historia detrás de la pieza tallada de madera
Estudios sobre la pieza tallada de madera datan al cocodrilo en el siglo XVI. La pieza original, al parecer, se pudrió con el tiempo, por lo que fue necesario realizar una réplica más resistente. No obstante, cabe recordar que esta historia se basa en una leyenda y el origen real del cocodrilo de Egipto que cuelga en la catedral de Sevilla sigue siendo un enigma.
El cocodrilo disecado sigue siendo uno de los elementos más peculiares y misteriosos de la catedral de Sevilla, un testimonio de la riqueza cultural y diplomática de la ciudad en el pasado.
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