En el mundo del arte, no siempre se habla de política, pero El Niño de Elche, un artista español conocido por sus performances y obras visuales, ha decidido romper con la tradición. En una entrevista reciente, el artista expresó su incomodidad con las fronteras, una sensación que comparten muchos liberales como él. Sin embargo, a diferencia de otros, El Niño de Elche ha decidido canalizar esta incomodidad en su arte en lugar de en la política. En esta entrevista, nos adentramos en la vida del artista y descubrimos cómo su visión del mundo y su compromiso con la libertad se reflejan en su obra. ¿Qué nos puede enseñar El Niño de Elche sobre la relación entre el arte y la política?
El Niño de Elche: de la periferia a la escena artística
El músico Niño de Elche, conocido también como Paco Contreras, es un referente del flamenco que ha logrado romper las fronteras de la música tradicional y llevarla a nuevos terrenos. Nacido en Elche pero criado en Granada, su nombre es un ejemplo de la paradoja que caracteriza su carrera artística.
Tuve la intención de cambiarme el nombre, pero después me hizo gracia hacer un flamenco menos clásico y llevar un nombre mega clásico. Hay gente que no me conoce y cuando ven el Niño de Elche en un cartel piensan que hay un señor de 80 años haciendo flamenco o un niño de 10, es muy paradójico, y me gusta mucho, afirma.
Un artista sin fronteras
El Niño de Elche ha explorado todas las facetas del flamenco, desde la danza hasta la poesía, pasando por el cante y la performance. Ha conquistado escenarios, teatros, festivales de música y museos, como el Reina Sofía. Ningún lugar se le resiste, ni siquiera una antigua sala de cine porno donde se encuentra en este momento.
Soy una persona que me encanta leer constantemente y sumergirme en proyectos que me ayuden a desmitificar, por eso muchas veces caigo en contradicciones, paradojas, interrogaciones que muchas veces no sé contestar. Pero a mí es lo que me fascina, porque es muy fascinante descubrir que estás equivocado, explica.
Un artista que reescribe las fronteras del flamenco
El Niño de Elche ha logrado crear un estilo propio, lejos de la ortodoxia del flamenco clásico. Ha experimentado y explorado nuevos lenguajes, y ha conquistado un público que busca algo más allá de lo tradicional.
Me dedico al mundo del arte y no a la política, reflexiona. Es un tema muy complejo de abordar, los que venimos de mundos más libertarios o liberales, esto de las fronteras nos genera una incomodidad….
Este fin de semana, el Niño de Elche interpretará textos de Poeta en Nueva York de Lorca en las naves del teatro Español, junto a Carlos Marquerie. Un tema que es muy actual con la aprobación de la ley de amnistía.
Un artista sin etiquetas
Yo era antitaurino y con el tiempo he ido conociendo alguna gente aficionada que tienen otra mirada y me ayudan a entender otras cosas. Lo que menos me gusta es el mundo sociopolítico de la tauromaquia, siguen siendo muy conservadores en sus opiniones, cosa que a mí no me va mucho, opina.
El Niño de Elche es un artista que se niega a etiquetas y fronteras. Prefiere moverse en lo difuso, repeler las etiquetas y contradecirse a sí mismo. Yo no quiero ser nada, ni pijo, ni nada. Quiero ser un tipo que hace cosas, afirma.
Y es que el Niño de Elche ha logrado algo que pocos artistas consiguen: ser respetado por sus padres y por el público. Ha elegido un camino diferente al de su padre, guitarrista de flamenco más clásico, y ha logrado conquistar el respeto de todos.
Su único miedo es la muerte, pero solo porque ama mucho la vida. Otra de sus queridas paradojas. El Niño de Elche es un artista que sigue rompiendo fronteras y sorprendiendo a todos con su arte.
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