Tres jóvenes se rinden a la justicia por quema de banderas en Treviño
Los tres vecinos del Condado de Treviño que quemaron las banderas de España, Castilla y León y la Unión Europea y las sustituyeron por la ikurriña se han entregado a la justicia.
Según fuentes cercanas al caso, los tres jóvenes acudieron hace aproximadamente dos semanas al cuartel de la Guardia Civil para asumir su responsabilidad por los actos que tuvieron lugar a primera hora del sábado 22 de junio, mientras el pueblo de Treviño celebraba sus fiestas patronales en honor a San Juan Bautista.
«Solo fue una gamberrada», justificaron los vándalos ante la Guardia Civil, argumentando que «no hubo nada político, solamente fue retirar las banderas y poner la otra». Añadieron que «estaban dentro del ambiente festivo, de la noche y del alcohol», de tal manera que «no eran conscientes de lo que hacían ni de las consecuencias que aquello podía tener».
No obstante, las fuentes cercanas aclaran que finalmente todo quedará en «un delito de daños, por lo que tendrán que pagar lo que ocasionaron». La Guardia Civil de Álava ha confirmado que se tratará el caso con esa tipificación jurídica.
Los hechos
Los hechos tuvieron lugar hace prácticamente un mes, cuando estos tres vecinos del Condado de Treviño utilizaron una escalera para subirse al balcón del Ayuntamiento y retirar de sus mástiles las banderas oficiales, que acto seguido prendieron fuego en el callejón que se sitúa entre la propia Casa Consistorial y la iglesia de San Pedro Apóstol.
Aunque la ikurriña que colocaron tras la quema de insignias oficiales tardó bastante en desaparecer de la fachada, permaneció allí durante todo el fin de semana. Hasta el lunes, cuando los agentes de la Guardia Civil subieron al edificio para retirar el símbolo del País Vasco, poco después de que el alcalde de este municipio, Adolfo Estavillo, presentara una denuncia.
Reacciones políticas
Aunque los cuerpos de seguridad, y también la administración municipal del Condado, asumieron desde el primer momento que se debía tratar solo como un delito de daños, este caso levantó un gran revuelo político y mediático durante los días posteriores.
El senador socialista Ander Gil lo describió como «una falta de respeto a la sociedad española, a la burgalesa y también a la sociedad vasca, y a la propia ikurriña, que es utilizada para confrontar». Por su parte, el presidente de Vox en Burgos, Iñaki Sicilia, lamentó que estos hechos demostraban que «los tiempos pasados no han pasado del todo y que ahí quedan reminiscencias de los que usan la violencia para imponer su hoja de ruta».
En cambio, el líder del PP en la provincia y presidente de la Diputación, Borja Suárez, compartió durante aquellos días la visión que mantenía el Ayuntamiento del Condado de Treviño, ya que comentó a este periódico que el hecho era «grave» pero lo definió como «anecdótico».
Hasta la fecha, el Condado de Treviño todavía no ha podido pasar página del todo. Y es que tiene que reponer la insignia de España, así como, las de Castilla y León y la Unión Europea, dado que ayer mismo el balcón de la Casa Consistorial aún lucía sus mástiles desnudos.
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