En el corazón de la región italiana de Toscana, se encuentran tres villorrios encantadores que esperan ser descubiertos por aquellos que buscan una experiencia auténtica de la Italia rural. Ubicados a pocos kilómetros de las ciudades emblemáticas de Florencia y Siena, estos pequeños pueblos ofrecen un refugio tranquilo y rodeado de naturaleza, perfecto para aquellos que desean alejarse del bullicio de la ciudad y disfrutar de la autenticidad toscana. En este artículo, exploraremos estos tres villorrios encantadores, destacando sus características y atractivos, y brindando consejos prácticos para planificar una visita inolvidable a estos tesoros escondidos de la Toscana.
Descubre la esencia de la Toscana: tres villorrios encantadores a pocos kilómetros de Florencia y Siena
La Toscana, un paraíso escondido
Entre las suaves colinas y los caminos escoltados por altos cipreses se esconden pequeños pueblos que durante el paso de los siglos han logrado mimetizarse con el entorno hasta pasar desapercibidos. Pueblos preciosos con una larga historia entre sus calles de piedra y con muchas sorpresas preparadas para impactar a cada visitante.
Acomódate para recorrer los pueblos más bonitos de la región más bucólica de Italia.
San Gimignano, la ciudad de las cien torres
Se le conoce como “el Manhattan del siglo XIII”, y ya al acercarse un poco por la carretera se entiende el porqué. Otro de los sobrenombres de esta villa medieval es “la ciudad de las cien torres” y este es precisamente su encanto, la cantidad de altísimas torres que sobresalen entre sus casas. Obviamente no son cien, pero en la actualidad cuenta con catorce, que no está nada mal para un pueblo de menos de ocho mil habitantes.
Llegó a tener más de setenta y la más alta mide 53 metros y data de comienzos del siglo XIV. ¿Y por qué había tantas torres? Porque esta era la forma en la que los grandes comerciantes demostraban su riqueza, construyendo una torre lo más alta posible.
Volterra, un pueblo milenario
Es uno de los más conocidos y también de los más grandes, por lo que la visita requiere algo más de tiempo. Su historia es larga ya que comenzó con los etruscos, civilización que ya trabajó en el desarrollo de la zona antes de que llegasen los romanos. De los primeros se quedó con el trazado de las calles y de los segundos con un teatro romano del siglo I a.C. y unas termas de las que solo han sobrevivido unas pocas ruinas.
En la Edad Media volvió a vivir un gran esplendor y de esa época queda el Palazzo Comunale, que es el más antiguo de la región. También una preciosa catedral de estilo románico con un gran rosetón.
Montepulciano, un pueblo lleno de joyas de las artes
Al sur de Siena destaca este pueblo lleno de joyas de las artes, esto es debido a que en el siglo XVI ejerció como un imán para artistas y humanistas de la época. Desde poetas y escritores hasta arquitectos, todos querían vivir aquí y todos dejaron su huella. En el centro del pueblo destaca su coqueta plaza y, ya en las afueras, las numerosas bodegas en las que se puede degustar uno de los mejores vinos de Italia, el Nobile de Montepulciano DOCG.
Y no solo eso, también hay otros pueblos que merecen ser visitados en la Toscana, como Pienza, considerada la ciudad ideal del Renacimiento, y Cortona, un monumento en sí mismo que cuenta con la casa que sirvió de escenario de la película Bajo el sol de la Toscana.
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