Ampliación o cómo revolucionar la Unión Europea desde sus fundamentos
En un momento en que la Unión Europea se enfrenta a desafíos sin precedentes, desde la crisis económica hasta la inestabilidad política, surge una pregunta fundamental: ¿es posible revolucionar la Unión Europea desde sus cimientos? La respuesta es un rotundo sí. En este artículo, exploraremos las formas en que la ampliación de la Unión Europea puede ser la clave para renovar y fortalecer la institución desde sus fundamentos. Desde la revisión de los tratados fundacionales hasta la integración de nuevos miembros, analizaremos las oportunidades y desafíos que se presentan en este proceso de transformación.
La UE en crisis: ¿puede ampliarse sin romperse?
El debate sobre la ampliación de la Unión Europea (UE) se ha reactivado en los últimos tiempos, especialmente desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Aunque no es un tema atractivo para la campaña de las elecciones europeas del 6 al 9 de junio, sus implicaciones son tan importantes que ya no se pueden ignorar.
La lista de países candidatos se ha elevado a un total de nueve: Turquía, Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Albania, Macedonia del Norte, Moldavia, Ucrania y Georgia, con Kosovo esperando en un segundo escalón como candidatos potenciales. Ahora mismo hay procesos de ampliación de todos los colores, dependiendo del país candidato.
La ampliación o cómo agitar la UE desde los cimientos
De todos los candidatos balcánicos a la entrada en la UE, hay cuatro con conversaciones abiertas: Serbia, Macedonia del Norte, Albania y Montenegro, siendo este último el país más avanzado en el proceso: del total de 35 capítulos en la actualidad se han iniciado negociaciones sobre treinta y tres, de los cuales tres ya se han cerrado de manera provisional.
La ampliación no es solo una cuestión de sumar países a la UE. La Unión tiene que reformarse para aceptar a más miembros. Necesita resolver cuestiones como la exigencia de la unanimidad en las votaciones importantes en el Consejo o el reparto de fondos. Una UE de 35 o 36 Estados no sería operativa con el sistema actual, según la mayoría de expertos consultados.
La UE se pregunta: ¿cómo ampliarse sin perder su identidad?
La ultraderecha europea, ni homogénea ni unida en las elecciones europeas, tiene una visión diferente sobre la ampliación de la UE. La mayoría de candidatos recibieron el estatus en las décadas de los 2000 y de los 2010, salvo Turquía, que está en el camino desde 1999; su adhesión, en cambio, resulta casi imposible, por tamaño -clave en el reparto de fondos- y por la deriva del Gobierno de Erdogan, cada vez más alejado de la UE.
La mayoría de expertos consultados coinciden en que la ampliación es mucho más que sumar países a la UE. Tenemos que estar preparados para cuando los países candidatos lo estén, avisó hace meses la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Y esa es la clave: la Unión tiene que reformarse para aceptar a más miembros.
Ampliación o revolución: la UE se enfrenta a un momento de cambio
La ampliación no es solo una ampliación. Es una nueva vida para la UE, se trata de preparar todo el andamiaje para el futuro. Las elecciones de junio se dan casi coincidiendo con el 20 aniversario de la última gran ampliación de la Unión que se hizo, en 2004, incorporando diez países de una tacada. Ahora la historia podría repetirse, pero todo tiene que atarse mucho mejor. hacia fuera y sobre todo desde dentro.
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