En un hallazgo que ha generado gran expectación en el mundo científico, un equipo de paleontólogos ha descubierto en la provincia de Lleida una especie desconocida de cocodrilo que habitó la Tierra hace 70 millones de años, en el período del Cretácico Superior. Este descubrimiento supone un importante avance en el campo de la paleontología, ya que permitirá a los científicos conocer más sobre la evolución de los cocodrilos y su adaptación a los cambios climáticos y ambientales en diferentes épocas geológicas. La especie, que aún no ha sido bautizada, presenta características únicas que la distinguen de otras especies de cocodrilos conocidas hasta ahora.
Descubren un nuevo tipo de cocodrilo en Lleida que vivió hace 70 millones de años
Un equipo de investigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) ha identificado una especie inédita de cocodrilo que vivió hace 70 millones de años en yacimientos del Pallars Jussà, en Lleida.
El fragmento de cráneo estudiado, hallado en el yacimiento de Suterranya-Mina de lignito, pertenece a una especie distinta a las ya conocidas de los yacimientos contemporáneos cercanos, lo que supone una nueva evidencia de la diversidad de fauna de vertebrados -más allá de los dinosaurios- en Europa durante el Cretáceo superior.
Un hallazgo que revela la biodiversidad del Cretáceo superior
La investigación, publicada en la revista Historical Biology, determina que el fragmento de cráneo encontrado pertenecía a un ejemplar de la familia de los alodaposúquidos, unos cocodriliformes hoy extinguidos que fueron muy abundantes en Europa durante el Cretáceo superior.
El fósil estudiado comparte algunas características con la especie Allodaposuchus subjuniperus, conocida solo en yacimientos más antiguos del Pirineo aragonés. Además, se encontraron dientes asociados al cráneo atribuidos a la misma especie.
Un escenario distinto
Aunque la naturaleza fragmentaria de los restos no permite atribuirlos de forma concluyente al Allodaposuchus subjuniperus, los investigadores afirman que indudablemente no pertenece a la otra especie conocida, el Allodaposuchus palustris.
Este hallazgo abre un escenario donde al menos dos especies distintas de allodaposúquidos posiblemente coexistían en el mismo ecosistema costero del Cretáceo superior, lo que refuerza la creencia de que estas áreas representaban un hábitat con una gran biodiversidad.
Un ecosistema costero salobre
El yacimiento de Suterranya-Mina de lignito se formó hace 70 millones de años en un entorno costero salobre, que formaba parte de las costas del archipiélago que corresponde a la Europa actual.
El ecosistema donde vivieron estos cocodrilos era una laguna cercana al mar, con confluencia de aguas marinas y otras que llegaban del continente y una abundante vegetación que favorecería posteriormente la producción de lignito.
El fósil estudiado se puede visitar en el Museu de la Conca Dellà de Isona, en el municipio leridano.
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