El Gobierno español ha anunciado su compromiso con las autoridades de Bruselas para alcanzar un 'superávit puro' en el año 2025, una meta que no lograba desde hace 18 años. Esta medida representa un hito significativo en la gestión económica del país, ya que implica un balance positivo entre los ingresos y los gastos públicos. La consecución de este objetivo no solo fortalecería la credibilidad de España en los mercados financieros internacionales, sino que también enviaría una señal de estabilidad y solvencia a nivel nacional e internacional. Este compromiso evidencia la voluntad del Gobierno por garantizar una gestión fiscal responsable y sostenible a largo plazo, lo que sin duda generará un impacto positivo en la recuperación económica del país.
España se compromete a lograr 'superávit puro' tras años sin conseguirlo
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha informado a la Comisión Europea que el Gobierno español se ha comprometido a alcanzar un 'superávit puro' el próximo año. Este hito simbólico implica que los ingresos públicos superarán los gastos, excluyendo el pago de intereses de la deuda. A lo largo de 18 años, España no había logrado alcanzar un superávit primario, lo que representa un avance significativo en sus finanzas públicas.
Gobierno español busca ajuste fiscal para reducir déficit y deuda pública
Tras enfrentar diversas crisis desde 2008, como la financiera, la pandemia y conflictos internacionales, las arcas del país se han visto afectadas. El endeudamiento fue necesario para financiar los déficits generados, lo que llevó a un aumento de la deuda pública. A pesar de la recuperación económica, el país aún debe reducir su brecha entre ingresos y gastos públicos. Para cumplir con las exigencias de Bruselas, se plantea una reducción del déficit al 3% en 2024 y al 2,5% en 2025.
España confía en crecimiento económico para alcanzar metas fiscales
El país espera un crecimiento del PIB del 2% en 2024 y del 1,9% en 2025, impulsado por la demanda nacional. Se prevé un descenso en la tasa de desempleo, lo que se traduciría en mayores ingresos públicos, especialmente por IRPF e IVA. Sin embargo, se plantea un desafío en cuanto al ajuste presupuestario a partir de 2025, dado el aumento progresivo del coste de la deuda y la posible desaceleración del crecimiento a largo plazo.
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