El día de hoy, lamentablemente nos enteramos del fallecimiento del padre Jesús Guerrero Amores a la edad de 81 años, una figura destacada en la comunidad religiosa. Su partida deja un profundo vacío en aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y ser guiados por su sabiduría y apoyo incondicional. El padre Guerrero Amores dedicó gran parte de su vida al servicio de Dios y de los demás, siendo reconocido por su compromiso y entrega a la labor pastoral. Su legado perdurará en las vidas de quienes tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino, recordando siempre su bondad y generosidad. Nuestras más sinceras condolencias a sus seres queridos y a toda la comunidad que hoy llora su partida.
Fallece el padre Jesús Guerrero Amores, un sacerdote ejemplar y querido en Cádiz
Con idéntica expresión de paz, de serenidad y de alegría, que ha mantenido durante toda su actividad pastoral durante más de 56 años, incluso cuando ya estaba visiblemente mermado por su dilatada enfermedad, ha fallecido el padre Jesús Guerrero Amores, un algecireño, un hombre bueno y un sacerdote bondadoso que ha ejercido su vocación sacerdotal como la perentoria llamada a la santidad y como el compromiso irrevocable de hacer partícipe de sus beneficios evangélicos a toda la sociedad.
El Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta lamenta la muerte del padre Jesús Guerrero Amores a los 81 años. El padre Jesús Guerrero Amores, párroco de la Iglesia Mayor Parroquial de San Pedro y San Pablo de San Fernando, era en la actualidad Canónigo honorario de la Catedral de Cádiz, distinción papal como prelado de honor de su santidad, en reconocimiento a su dedicación a la Iglesia.
Estaba firmemente convencido de que su misión como sacerdote consistía en compartir sus experiencias espirituales con personas de toda condición y, por eso, se esforzó hasta el final de su vida por hacer partícipes de sus profundas vivencias a los niños, a los jóvenes, a los adultos y a los ancianos de todas las condiciones.
En estos momentos de dolor, resuenan en nuestra conciencia las palabras medidas con las que, ya balbuciente, nos revelaba su profunda creencia de que no puede definirse la vida sin la muerte. Según él, vivir plenamente es un desvivirse. Para Jesús la espiritualidad cristiana consistía en vivir en plenitud y originariamente la fe: su oferta concreta de espiritualidad era contribuir para que los demás, insertos en el mundo de hoy, con sus contrastes, conflictos y desafíos, vivieran lo que él experimentaba.
El padre Jesús Guerrero entendía y vivía la oración como la capacidad, la sensibilidad para encontrar a Dios, para captar su lenguaje, para sentir su presencia y para hacer amoroso en la vida cotidiana. Se trata, por lo tanto, de una experiencia llamada a desbordar lo conceptual o teórico sobre Dios y de dotar a la fe de fuerza vital capaz de confiarse a la 'locura' de la apuesta por los pobres y por débiles: por todo lo que el mundo actual desprecia.
Son muchas las muestras de pesar que se están produciendo en distintos puntos de la provincia de Cádiz, donde era muy querido.
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