En una grave denuncia, Jorge Glas ha declarado haber sido torturado físicamente durante su detención, afirmando que fue atacado brutalmente por las autoridades. La víctima relató que mientras se encontraba bajo custodia, fue violentamente tirado contra la pared y posteriormente sometido a golpes con puntapiés y rodillazos. Estos actos de violencia extrema han generado conmoción y rechazo en la opinión pública, exigiendo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y garantizar la protección de los derechos humanos de todos los individuos, incluso aquellos en situación de detención.
Jorge Glas denuncia tortura física en la cárcel y entra en huelga de hambre tras ser atacado durante detención
El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, ha informado este jueves que fue objeto de torturas durante su detención en la Embajada de México en Quito, donde se encontraba refugiado. En una videollamada desde La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, Glas relató que fue golpeado y le dislocaron dos dedos de las manos durante su captura.
En la audiencia judicial para evaluar un recurso de habeas corpus presentado por su defensa, Glas solicitó que su detención sea anulada y que sea entregado a México o a un tercer país que respete el asilo otorgado. Según su abogada, Sonia Vera, el exvicepresidente se encuentra en huelga de hambre y con un aspecto desaliñado debido a los sucesos vividos.
Glas describió que fue agredido por la Policía ecuatoriana al salir de la embajada, siendo empujado, golpeado en la cabeza, pateado en las caderas y pisoteado en el cuello. Además, señaló que uno de los agresores le dislocó un dedo como forma de intimidación.
El exvicepresidente afirmó que durante el arresto fue sometido a una posición de tortura con las manos esposadas hacia atrás, siendo transmitido en vivo. También denunció que fue transportado de manera humillante y violenta por parte de los agentes policiales.
Glas considera que el asilo otorgado por el Gobierno mexicano es un reconocimiento a su condición de perseguido político, defendiendo su inocencia frente a las acusaciones y condenas en su contra. Antes de recibir el asilo, Glas tenía órdenes de detención relacionadas con casos de corrupción y malversación de fondos públicos.
El exvicepresidente, que ya estuvo en prisión entre 2017 y 2022, expresó su deseo de que se haga justicia y se revierta su situación actual. Concluyó su intervención solicitando que se respeten sus derechos y se le devuelva su libertad.
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