Tendencia extremista gana terreno en regiones rurales y autonomías históricas de España

Tendencia extremista gana terreno en regiones rurales y autonomías históricas de España

En un alarmante giro de los acontecimientos políticos en España, una tendencia extremista parece estar ganando terreno en algunas de las regiones rurales y autonomías históricas del país. Según fuentes cercanas a la administración, esta corriente política radical ha sido capaz de captar el apoyo de una parte significativa de la población en áreas tradicionalmente consideradas como bastiones de la moderación. Este fenómeno ha generado inquietud entre los líderes políticos y los expertos, que advierten sobre los riesgos de polarización y la amenaza a la estabilidad democrática que esta tendencia puede suponer.

Extremismo gana terreno en regiones rurales y autonomías históricas de España

Las formaciones de extrema derecha, como Vox y Se Acabó la Fiesta (SALF), no encuentran arraigo en los pueblos pequeños de la España vacía, a pesar de su agenda preocupada por la agricultura, la caza o los toros. Tampoco logran éxito en las autonomías históricas, según varios expertos que aprecian diferencias fundamentales con la francesa Agrupación Nacional.

En Francia, la derecha radical ha arraigado en gran parte del país, excepto en el llamado Gran París, donde vive en torno al 18% de la población, y por eso amenaza al presidente francés Emanuel Macron en las legislativas. Sin embargo, la situación en España es diferente.

La derecha radical no arraiga en pueblos pequeños y autonomías históricas

Víctor Pérez-Guzmán, politólogo y analista de datos, explica que el patrón de distribución territorial del voto a la extrema derecha no es el mismo aquí que en Francia, allí Le pen tiene mucho más voto en zonas clásicas de trabajadores, zonas agrícolas, caladeros del antiguo comunismo, y en España esto no es claramente así”.

Juan Francisco Caro, director de la consultora de opinión pública Opina 360, señala por su lado que el voto a la extrema derecha en España no sigue un patrón territorial claro, más allá de la debilidad en las poblaciones más pequeñas y en las autonomías históricas, Cataluña, Galicia y País Vasco.

Vox y SALF no logran arraigo en zonas rurales y autonomías históricas, dicen analistas

Ambos expertos señalan que el patrón más claro entre los votantes de Vox o SALF es la abundancia de menores de 45 años. Esto explica su debilidad en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, las típicas de la España vacía, ya que en estos pueblos la media de edad de sus habitantes es elevada.

En estas poblaciones, los votantes rurales son hombres mayores, más cuanto más pequeña es la población, y votan tradicionalmente a los grandes partidos, recuerdan ambos expertos.

Autonomías históricas

Otro patrón territorial más claro en cuanto a la distribución del voto a formaciones de derecha radical es que tampoco arraiga en las autonomías denominadas históricas, es decir, País Vasco, Cataluña y Galicia. Allí, presenta resultados muy inferiores que en el resto de los territorios.

En estas autonomías el voto radical es del independentismo, como es el caso de Bildu, de ERC y Junts en Cataluña, o del Bloque en Galicia.

Zonas dependientes de la agricultura

Andrés Rodríguez Pose, uno de los mayores expertos internacionales en desarrollo regional y local europeos, profesor de Geografía Económica en la London School of Economics, señalaba que el crecimiento del euroescepticismo en las recientes elecciones europeas se vio impulsado por votantes de regiones 'atrapadas', zonas agrícolas perjudicadas por la transición ecológica.

Víctor Pérez-Guzmán reconoce que la extrema derecha española tiene éxito en zonas económicamente dependientes de agricultura. Pero eso no equivale a decir que son pueblos pequeños. Más bien hablo de poblaciones de 20.000 o 10.000 personas en comunidades como Murcia.

Óscar Puente, por su parte, apunta cómo la extrema derecha despunta en autonomías de economía dedicada en buena parte a la agricultura, como Extremadura, buena parte de Andalucía o, muy especialmente, Murcia.

Aunque su voto es bastante homogéneo, lo que puede verse comparando Asturias, donde ha logrado un 13%, con la Comunidad Valenciana, un 12%, es verdad que en zonas agrícolas, como Murcia, ha llegado al 22,4%. En Ceuta, por el factor inmigración, ha llegado al 24,5% en las europeas, señala también Caro.