En el norte de España, Galicia es un territorio rico en tradiciones y costumbres que se han transmitido de generación en generación. Una de las más interesantes y llamativas es la costumbre de colocar flores amarillas en las puertas de las casas cada mes de mayo. Esta tradición, que puede parecer inocente a primera vista, esconde un significado profundo y una historia detrás. ¿Qué es lo que lleva a los gallegos a adornar sus hogares con estas flores cada año en la misma fecha? Descubramos juntos el origen y el simbolismo detrás de esta peculiar costumbre.
La Tradición Gallega de las Xestas: Protegiendo la Buena Suerte en Mayo
En Galicia, la llegada del mes de mayo es sinónimo de celebración y tradición. Una de las costumbres más arraigadas en esta comunidad es la colocación de ramos de xestas en las puertas de las casas, coches y embarcaciones. Pero, ¿qué significado tiene esta práctica?
Las Xestas: Flores de la Buena Suerte
Las xestas, también conocidas como retamas, son flores silvestres amarillas que crecen en los montes gallegos. Con la llegada de la primavera, estas flores florecen y se tiñen de amarillo, anunciando el inicio de la estación floral. En Galicia, esta época del año es celebrada con gran entusiasmo, ya que se cree que la primavera trae consigo la buena suerte y la prosperidad.
Protegiendo la Buena Suerte con las Xestas
La tradición popular gallega sostiene que colocar ramos de xestas en las puertas y ventanas de las casas, así como en los coches y embarcaciones, protege a sus propietarios de la mala suerte y los malos augurios. Según la creencia, las xestas tienen el poder de alejar a las meigas (brujas) y sus malos augurios, permitiendo a las personas comenzar el mes de mayo con la buena suerte.
En las Rías Baixas, en la provincia de Pontevedra, se dice que la protección se coloca para que non poida entrar o maio, nin collan o meigallo. Es decir, para que el mes de mayo no traiga mala suerte ni malos augurios.
La Celebración de Os Maios
La celebración de Os Maios es una tradición gallega que se remonta a la Edad Media. En este contexto, las figuras de musgo, flores y adornos naturales cobran un gran protagonismo. Las xestas no solo adornan los maios, sino que también se utilizan para proteger a las personas y sus pertenencias de la mala suerte.
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