Un desastrado resultado que dejará huella (6-1)
La derrota sufrida por el equipo en el partido del fin de semana ha generado un impacto importante en el mundo del fútbol. El abultado marcador de 6-1 ha dejado a los aficionados con la mouth agape, y ha generado un intenso debate sobre el futuro del entrenador y la plantilla. La grave derrota ha puesto en duda la capacidad del equipo para competir en la élite del fútbol, y ha generado un clima de incertidumbre en torno al club. En las próximas semanas, será clave ver cómo el equipo responde a este revés y qué medidas se toman para evitar que se repitan resultados como este.
Un desastrado resultado que dejará huella
El Cádiz CF cierra una temporada lamentable con otro partido insufrible. Lo mejor, sin lugar a dudas, es que todo acaba ya porque el nivelito ha sido impropio de una categoría como la Primera División. Un despropósito que tuvo su epílogo en Almería, donde los amarillos fueron superados por un colista que deja de serlo.
La imagen de los amarillos fue dantesca. Una auténtica tortura. Menos mal que hasta aquí se llega porque vergonzosa fue la imagen de un equipo que recibió cinco goles y pudieron ser más.
Ahora es el momento de resetear pero sin olvidar lo sucedido. Únicamente corrigiendo los errores, que han sido muchos, se podrá optar a volver a Primera, categoría en la que el Cádiz CF acaba de disputar 600 encuentros. Y aun así será muy complicado porque Segunda es de las categorías más complejas debido a la igualdad entre los participantes.
Una auténtica jungla. De esta última cita lo único bueno fue el gol de Brian Ocampo. Eso y el debut del joven Borja Vázquez, que no tuvo culpa de nada. Y pare usted de contar porque al otro lado estaba el 'farolillo rojo', que si no se despide sin haber ganado en su estadio es por el Cádiz CF.
Un equipo que no dio la talla
Lejos de lo que se podía pensar, Mauricio Pellegrino apenas dio descanso a sus jugadores. El argentino apostó por David Gil y Brian Ocampo como grandes novedades, con Lucas Pires y Álex de vuelta en un once en el que se podían esperar más cambios. Pero no, no los hizo.
Ni que fuese el último partido entre dos recién descendidos sin nada en juego hizo que tuvieran minutos para empezar Momo M'Baye, Samassékou o Darwin Machis. Poco o nada confiaba el míster en ellos. Tampoco Sergi Guardiola era titular. Por no hablar de Maxi Gómez, que se quedó en Cádiz sin explicación.
Quien tampoco estuvo sobre el césped de inicio fue 'Choco' Lozano. El excadista, molesto con Manuel Vizcaíno por su forma de actuar, no entraba desde el principio en la alineación de un Almería que buscaba su primera victoria en casa.
Un partido insulso
Poco se podía comentar de un partido insulso. Algún chut desviado de Adri Embarba o Luis Suárez, algún centro sin encontrar rematador de Bruno Langa y poco más. ¿El Cádiz CF? Pues como toda la temporada, tratando de mantener el orden, pero incapaz de dar un par de pases comprometedores para el rival.
Casi media hora tardó en aparecer. Lo hizo con un chut cruzado de Robert Navarro que no encontró portería. Fue el preludio al buen gol de Brian Ocampo tras dejar en el camino a Édgar y colocar el esférico lejos del alcance de Fernando. Eso sí, con cierta aquiescencia de la zaga almeriense.
¿Por qué no habrá jugado antes Brian? Eso pensarán muchos, pues aunque no es el que fue, el uruguayo es de los pocos que aporta algo diferente en este equipo.
Un final lamentable
Ahí creció el Cádiz CF, que se empezó a gustar. La calidad de Robert Navarro, el desparpajo de Brian Ocampo y la pegada de Rubén Alcaraz buscaban el 0-2 que no llegaba antes del descanso, aunque era merecido. Nada que ver con lo que llegó después.
Bastante mal le vino el intermedio al Cádiz CF. Tan mal que Gonzalo Melero, que acababa de entrar en el encuentro, empataba la cita con la ayuda involuntaria de Fali. David Gil no pudo evitar la primera gran ocasión ante la que tuvo que trabajar a fondo.
Pepe Mel había acertado con las sustituciones. Tanto que Arribas, que también entró como revulsivo, remontaba con el 2-1 después de una doble parada de David Gil a Pubill y al propio goleador.
La desconexión cadista era de tal magnitud que en apenas ocho minutos le endosaron tres goles. El último propio de un partido de prebenjamines. David Gil no bloqueaba el chut de Jonathan Viera y en su intento de recoger el rechace era Zaldua el que enviaba el balón atrás sin el arquero en su potestad.
Un soberano baño, un ridículo espantoso de los gaditanos que se confirmó con el cuarto gol y el quinto, obra de Luis Suárez en el 64' y en el 70'. Y bien que pudo llegar antes de no ser por David Gil y Fali. La puntilla la puso Arribas con el sexto en el 85'.
Fue el peor epílogo posible. Esperpento y bochorno en su máxima expresión antes de marcharse a El Salvador para cerrar el curso. Allí al menos que exista la vergüenza torera en la tierra de Mágico, el gran mito del cadismo.
Gracias por acabar porque es lo mejor que pueden hacer para no manchar más la camiseta.
Final del partido
Almería 6, Cádiz 1
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