La maternidad puede ser un momento de gran cambio en la vida de las mujeres, pero un estudio reveló que este acontecimiento también puede tener un impacto significativo en su trayectoria laboral. De acuerdo a los resultados, el 87% de las mujeres enfrenta un cambio en su carrera profesional después de tener un hijo. Estos cambios pueden ser drásticos y afectar su bienestar económico, como la pérdida de salario, el cambio de trabajo o incluso quedarse sin ascenso. Esto puede generar una brecha salarial y limitaciones en el avance profesional, lo que a su vez puede afectar su independencia económica y su estabilidad financiera a largo plazo.
El alto precio de la maternidad: 87% de las mujeres deben renunciar a su trayectoria laboral después de tener un hijo
La maternidad sigue siendo un obstáculo para las mujeres en su carrera laboral. Según una encuesta realizada por la Asociación Yo No Renuncio, el 87% de las mujeres ha tenido que renunciar a algún aspecto de su trayectoria laboral después de convertirse en madre.
Esta situación se debe a la falta de acompañamiento y redes que tienen las madres, lo que las fuerza a pausar su carrera profesional y afecta negativamente su salud mental.
Estamos en una sociedad que niega el futuro a las madres, se pierde la identidad de las mujeres cuando llega el tsunami maternal y te dicen que 'ya no vales', que 'cómo lo vas a hacer', que quizás 'ejor tómate un tiempo' o 'busca otro camino, es por ti'. La sociedad ha normalizado la renuncia de las madres, denunció Laura Baena, presidenta de la asociación y fundadora del Club Malasmadres.
La investigación recopila las encuestas realizadas entre el 17 y 19 de febrero de este año a 18.000 mujeres, y revela que, tras ser madres, en torno a un 20% ha tenido que rechazar puestos de responsabilidad o cambiar a otro trabajo con horarios que le permitan conciliar.
De hecho, más de la mitad argumentan incluso haber tenido que renunciar debido a la sobrecarga del trabajo por no poder llegar a todo y cuidar de su salud mental.
La conciliación como un privilegio pagado
La causa de esa renuncia, para dos de cada diez mujeres, es que no pueden asumir el coste que suponen los cuidados y porque consideran que no les compensa pagar servicios o escuelas infantiles.
Por ello, la asociación hace hincapié en la necesidad de implantar la gratuidad de estos servicios y que no se produzca una brecha social entre las familias que pueden permitírselo y las que no.
Se sigue perpetuando la conciliación como un privilegio pagado, aseveró Baena.
Además, los abuelos y abuelas ejercen un papel fundamental en la conciliación de las madres: siete de cada diez recurre a ellos cuando ella o su pareja, de tenerla, no pueden atender los cuidados de los hijos.
El 58% declara sentirse muy apoyada por la familia, frente al 40% que se siente así respecto a la empresa en la que trabaja.
Sólo el 19% declara contar con flexibilidad horaria en su trabajo, y seis de cada diez trabajan en empresas donde no se ofrece ninguna medida que facilite la conciliación.
La encuesta también revela que tampoco el apoyo del sistema público es suficiente. Preguntadas por las ayudas más allá de la familiar, seis de cada diez desconocen que haya servicios públicos de cuidado en su municipio o barrio; y tan solo el 17% reconoce haber accedido en alguna ocasión.
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