El río Arlanza se calma mientras espera la llegada de otra tormenta

La cuenca del Arlanza experimenta un alivio temporal ante la llegada de una nueva borrasca, tras haber sufrido recientes inundaciones y crecidas repentinas. La situación actual muestra un respiro en las aguas del río, permitiendo a las autoridades locales y a los habitantes de la región recuperarse de los estragos causados por las intensas lluvias. No obstante, la calma es solo momentánea, ya que se espera la llegada de otra borrasca que podría poner a prueba nuevamente la capacidad de resistencia de la zona. Esta noticia resalta la importancia de mantenerse alerta y preparados ante los fenómenos climáticos extremos que afectan cada vez con mayor frecuencia a nuestra geografía.

Descenso del nivel del río Arlanza ante la llegada de nuevas tormentas

El río Arlanza ha experimentado un descenso en su nivel durante el pasado fin de semana, generando preocupación entre los habitantes de la cuenca baja. Esta disminución ha puesto en alerta a los residentes de la zona, quienes viven en constante incertidumbre debido a las fluctuaciones del caudal. La presa de Castrovido se erige como una esperanza para estabilizar la situación, aunque su efectividad aún está por ser comprobada.

Vecinos de la cuenca baja en alerta por el crecimiento del Arlanza

Los residentes de la cuenca baja del río Arlanza se mantienen en alerta ante el temido crecimiento del caudal. La estación de Peral de Arlanza ha mostrado una ligera disminución en sus niveles, pasando de estar en aviso amarillo a una situación menos crítica. Sin embargo, localidades como Quintana del Puente en Palencia continúan en estado de alerta. La llegada de nuevas tormentas pronosticadas para la semana podría desencadenar situaciones imprevistas, especialmente si se combinan lluvias y hielo.

En Peral, el río Arlanza alcanzó un pico de 3,07 metros el día anterior, descendiendo a menos de 2,80 metros en la mañana siguiente, gracias a la ausencia de precipitaciones durante el domingo. Estos valores se mantienen por debajo de los 3,24 metros registrados a finales de febrero. La máxima del año se sitúa en 3,33 metros, evidenciando la constante fluctuación del caudal.