Según un estudio reciente, se ha demostrado que la actividad física no solo fortalece nuestro cuerpo, sino que también beneficia de manera significativa al hígado y refuerza nuestro sistema inmunológico. Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de mantener un estilo de vida activo para promover la salud integral. El hígado, órgano vital para el metabolismo y la desintoxicación, se ve favorecido por la práctica regular de ejercicio, lo que puede contribuir a prevenir enfermedades hepáticas. Asimismo, la actividad física ha demostrado ser un aliado clave en el fortalecimiento de nuestras defensas naturales, ayudando a combatir infecciones y enfermedades. Este estudio subraya la relación directa entre el ejercicio físico y la salud general, reforzando la idea de que mover el cuerpo es fundamental para mantenernos sanos y protegidos.
Estudio revela cómo la actividad física impacta positivamente en el hígado y la inmunidad
Los beneficios del ejercicio físico para la salud son bien conocidos pero aún no se comprende del todo cómo este cambia el cuerpo a nivel molecular. Un nuevo estudio de científicos estadounidenses constata que la actividad física provoca numerosos cambios celulares y moleculares en los órganos.
La investigación, publicada en la revista Nature, se realizó en ratas y se estudiaron 19 órganos; los resultados demuestran que la respuesta del organismo al ejercicio prolongado es más compleja y de mayor alcance de lo que se pensaba.
Investigación en ratas muestra los profundos cambios moleculares provocados por el ejercicio
Según los autores, la actividad física prolongada en estos animales provocó profundos cambios en el ARN, las proteínas y los metabolitos de casi todos los tejidos, lo que proporciona pistas sobre muchas afecciones humanas.
Para llegar a sus conclusiones, los científicos utilizaron una serie de técnicas de laboratorio para analizar los cambios moleculares en ratas sometidas a semanas de ejercicio intenso.
Descubren cómo el ejercicio beneficia al hígado y fortalece la respuesta inmunitaria
Estudiaron diversos tejidos, como el corazón, el cerebro y los pulmones, y descubrieron que cada uno de los órganos cambiaba con el ejercicio, ayudando al organismo a regular el sistema inmunitario, responder al estrés y controlar las vías relacionadas con las enfermedades inflamatorias del hígado, las cardiopatías y las lesiones tisulares.
La investigación está liderada por el MoTrPAC (Consorcio de transductores moleculares de actividad física), en el que participan científicos del Instituto Broad -del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de Harvard-, la Universidad de Stanford o los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Se trata del primer mapa de todo un organismo que analiza los efectos del entrenamiento en varios órganos diferentes. Los recursos obtenidos serán enormemente valiosos y ya han producido muchas perspectivas biológicas potencialmente novedosas para su posterior exploración.
Según Natalie Clark, científica computacional del Broad, aquí tenemos una amplitud de muchos experimentos diferentes en los mismos tejidos y eso nos ha dado una visión global de cómo todas estas capas moleculares diferentes contribuyen a la respuesta al ejercicio.
Los autores, que han puesto los datos en abierto para toda la comunidad científica, esperan que sus hallazgos puedan servir algún día para adaptar el ejercicio al estado de salud de cada persona o para desarrollar tratamientos que imiten los efectos de la actividad física en aquellos que no pueden hacer ejercicio. Ya han iniciado estudios en personas para rastrear los efectos moleculares del ejercicio.
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