La felicidad ha dejado de ser solo un concepto abstracto para convertirse en un objeto de estudio cada vez más relevante en las universidades. El interés por entender y promover la felicidad ha crecido tanto que actualmente se encuentra presente en exposiciones y estrategias de Estado. Este enfoque se ha vuelto crucial en un mundo en constante cambio, donde el bienestar emocional y mental cobra mayor importancia. Las investigaciones en torno a la felicidad no solo se limitan al ámbito académico, sino que trascienden hacia políticas públicas y programas gubernamentales. Así, la búsqueda de la felicidad se posiciona como un objetivo compartido que impacta en diversos aspectos de la sociedad actual.
La felicidad toma protagonismo en las universidades, exposiciones y estrategias estatales
Hace unos meses abrió en el centro de Madrid el Museo de la Felicidad (MüF; Ronda de Valencia, 8), el primero del mundo dedicado a esta emoción, pero no el primer síntoma de una sociedad que no deja de buscar el Santo Grial de la alegría.
Museo de la Felicidad: una experiencia única en el centro de Madrid
El centro, con más de 600 metros repartidos en tres plantas, propone 20 experiencias interactivas: risoterapia, abrazómetro, ejercicios de mindfulness y hasta un tobogán que termina en una piscina de bolas. Experiencias que estimulan la liberación de endorfina, oxitocina, dopamina y serotonina. Una visita que llama a los cinco sentidos.
La psicología positiva y el florecimiento humano: el nuevo enfoque hacia la felicidad
Desde la aparición en los 90 de la psicología positiva de la mano de Martin Seligman, las propuestas de esta índole se popularizan: apps, libros de autoayuda, cursos de mindfulness para ejecutivos. Se ha convertido en un punto importante de la agenda del mundo neoliberal, con la visita de monjes budistas y psicólogas, como Laurie Santos. No se trata de ser felices todo el tiempo. Las emociones consideradas negativas son necesarias, explica Claver, director del Museo de la Felicidad.
El movimiento del florecimiento humano, muy presente en EEUU y Latinoamérica, es la última vuelta de tuerca a la psicología positiva. Si hace diez años el foco estaba en la autorrealización, ahora el enfoque es holístico. Ningún análisis puede ofrecer la respuesta correcta, la clave está en reflexionar sobre infinidad de parámetros, nos cuenta Matthew T. Lee, director de investigación empírica en Human Flourishing en la Universidad de Harvard.
Simon Goldberg, investigador centrado en los beneficios de la meditación, augura una nueva era en los estudios de la felicidad, en la que se tendrán en cuenta más parámetros y se mirará más a Oriente.
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