En un llamado de atención sin precedentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un alerta global sobre el impacto devastador de la pandemia de COVID-19 en la salud pública. Según los datos más recientes, la esperanza de vida global ha disminuido en un lapso de solo 18 meses, lo que supone un revés sin precedentes en la lucha contra la mortalidad. Esta alarmante tendencia se debe principalmente a la alta tasa de mortalidad asociada a la COVID-19, que ha afectado a miles de personas en todo el mundo. La OMS urge a los gobiernos y a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes y efectivas para frenar esta tendencia y proteger la salud de las poblaciones vulnerables.
La pandemia de COVID-19 reduce la esperanza de vida global en 1,8 años
Entre 2019 y 2021, la esperanza de vida mundial se redujo en 1,8 años hasta los 71,4 años, y la esperanza de vida en buena salud mundial se redujo en 1,5 años hasta los 61,9 años en 2021, según la última edición de las 'Estadísticas Sanitarias Mundiales' publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La pandemia de COVID-19 invirtió la tendencia de aumento constante de la esperanza de vida al nacer y de la esperanza de vida sana al nacer (EVAS). La pandemia echó por tierra casi una década de avances en la mejora de la esperanza de vida en tan solo dos años, lamenta el organismo sanitario de las Naciones Unidas.
Desigualdad en la reducción de la esperanza de vida
El informe de 2024 destaca la desigualdad en este asunto en todo el mundo. Las regiones de la OMS para las Américas y Asia Sudoriental fueron las más afectadas, con una caída de la esperanza de vida de aproximadamente tres años y de la esperanza de vida saludable de 2,5 años entre 2019 y 2021.
POR contrario, la Región del Pacífico Occidental se vio mínimamente afectada durante los dos primeros años de la pandemia, con pérdidas de menos de 0,1 años en la esperanza de vida y de 0,2 años en la esperanza de vida sana.
Avances en la salud mundial
Sigue habiendo grandes progresos en la salud mundial, con miles de millones de personas que disfrutan de mejor salud, mejor acceso a los servicios y mejor protección frente a las emergencias sanitarias, ha dicho el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Desafíos sanitarios
El informe de la OMS también destaca los importantes retos sanitarios a los que se enfrentan las personas con discapacidad, los refugiados y los migrantes. En 2021, unos 1.300 millones de personas, es decir, el 16% de la población mundial, tenían alguna discapacidad.
El acceso a la atención sanitaria para los refugiados y los migrantes sigue siendo limitado, ya que solo la mitad de los 84 países encuestados entre 2018 y 2021 proporcionan servicios de salud financiados por el gobierno a estos grupos a niveles comparables a los de sus ciudadanos.
Cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible
A pesar de los contratiempos causados por la pandemia, el mundo ha hecho algunos progresos hacia el logro de las metas del Triple Billón y los indicadores relacionados con la salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Desde 2018, otros 1.500 millones de personas lograron mejorar su salud y bienestar. A pesar de los logros, el aumento de la obesidad, el alto consumo de tabaco y la persistente contaminación del aire obstaculizan el progreso.
Aunque hemos avanzado hacia los objetivos del triple billón desde 2018, aún queda mucho por hacer. Los datos son el superpoder de la OMS. Tenemos que utilizarlos mejor para lograr un mayor impacto en los países, ha dicho la doctora Samira Asma, subdirectora general de la OMS para Datos, Análisis y Entrega para el Impacto.
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