En la actualidad, se ha revelado un preocupante fenómeno que afecta a un sector importante de la sociedad: las mujeres trabajadoras. Según la noticia titulada Las mujeres trabajadoras tienen más probabilidades de ser pobres en tiempo y esto afecta a su salud mental, se evidencia que este grupo poblacional se encuentra en una situación de vulnerabilidad en términos de pobreza temporal, lo cual repercute directamente en su salud mental. Este hallazgo plantea la urgente necesidad de abordar de manera integral las condiciones laborales y sociales que enfrentan las mujeres que forman parte de la fuerza laboral. Es fundamental reconocer y atender las causas subyacentes que contribuyen a esta problemática para garantizar el bienestar integral de las mujeres trabajadoras y promover la equidad de género en todos los ámbitos de la sociedad.
Estudio revela impacto de la pobreza en tiempo en la salud mental de mujeres trabajadoras
A escasos días del 8M, un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) ha revelado que la pobreza en tiempo, entendida como la escasez de tiempo disponible para actividades personales y de ocio, afecta de manera significativa a las mujeres trabajadoras.
Los resultados de la investigación muestran que la pobreza en tiempo está estrechamente vinculada con el número de hijos en ambos sexos, lo cual se explica por la división de género del trabajo. Este fenómeno se manifiesta en un aumento del tiempo de trabajo remunerado en los hombres y en la realización de trabajos domésticos y de cuidado, especialmente en las mujeres.
El análisis del estudio revela que la pobreza en tiempo en las mujeres se asocia con una peor salud mental, escaso tiempo disponible, mala calidad de sueño y baja actividad física en su tiempo de ocio. Estos factores impactan de manera negativa en la calidad de vida y el bienestar de las mujeres trabajadoras.
La investigación se basó en datos recopilados en la Encuesta de Salud de Barcelona de 2021, donde se seleccionó una muestra de personas trabajadoras asalariadas entre 16 y 64 años. Se tuvo en cuenta tanto el tiempo de trabajo remunerado como el no remunerado, incluyendo los desplazamientos al trabajo.
Se consideró como personas con pobreza en tiempo a aquellas que dedicaban más de 67,3 horas semanales a la suma del trabajo remunerado y no remunerado, lo cual incluía el trabajo de cuidados y doméstico. Se analizaron diversas variables como la edad, las condiciones laborales, el estado de salud autopercibido y la actividad física en el tiempo libre, entre otras.
Los resultados del estudio indican que la prevalencia de la pobreza en tiempo es mayor en las mujeres, quienes destinan más tiempo al desplazamiento, trabajo doméstico, cuidados y trabajo total en comparación con los hombres.
En cuanto al impacto en la salud, se observó que la pobreza en tiempo no tuvo asociación con indicadores de salud en los hombres, mientras que en las mujeres se relacionó con una peor salud mental, escaso tiempo y mala calidad de sueño, así como baja actividad física en su tiempo libre.
Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de abordar la pobreza en tiempo como un factor determinante en la salud mental y el bienestar de las mujeres trabajadoras, especialmente en un contexto donde la carga de trabajo remunerado y no remunerado sigue recayendo de manera desigual en función del género.
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