En un escenario político cada vez más competitivo, Salvador Illa, líder del Partido de los Socialistas de Cataluña, ha emergido como un fuerte contendiente en la carrera por la presidencia. Después de un resultado ajustado en la primera vuelta, Illa se prepara para enfrentar a su oponente en la segunda vuelta, con la mirada puesta en alcanzar la victoria. Con una trayectoria política destacada y una plataforma basada en la justicia social y la unidad nacional, el líder socialista busca convencer a los electores de que es el líder idóneo para llevar a Cataluña hacia un futuro más próspero.
El candidato del PSC a las elecciones del 12 de mayo, Salvador Illa, podría ser una rara avis de la política. Es filósofo de formación, organizado, serio y tranquilo, con un currículum abultado, variado e intenso.
Su experiencia en la Administración pública es amplia: fue concejal y también alcalde de la Roca del Vallés, director general de Infraestructuras de la Generalitat, director de varios departamentos del Ayuntamiento de Barcelona, ministro de Sanidad del Gobierno y ahora aspira a ser presidente de la Generalitat de Cataluña.
Un líder con experiencia y capacidad de diálogo
Logró ser el candidato más votado en las elecciones del 14 de febrero de hace cuatro años, aunque empatando a 33 escaños con Pere Aragonès. Sumó 16 diputados al PSC respecto a 2017, aunque no fueron suficientes para evitar que ERC formase gobierno con Junts, apoyados por la CUP.
Ahora, las encuestas coinciden en que conseguirá otra subida para el PSC, pudiendo alcanzar los 40 escaños. Su objetivo es pasar página del procès a través del diálogo y con un marcado perfil gestor.
Un líder que busca diálogo y gestión
Las encuestas le sonríen y le vuelven a otorgar la victoria, pero lo complicado vendrá después de las urnas, a la hora de pactar, ya que si el PSC gana y quiere gobernar tendrá que pactar con los partidos independentistas no solo con la mirada puesta en Cataluña, sino también en el Congreso de los Diputados.
Pero si hay una cosa que tanto el Gobierno como el PSOE destacan de Illa es su capacidad de diálogo y negociación. Algo tiene que ver que haya sido secretario de Organización del PSC, es decir, el solucionador de problemas del partido.
Un filósofo tranquilo y organizado
En el caso de Salvador Illa, las apariencias no engañan. Parece tranquilo y organizado y todos a su alrededor dicen que lo es. Illa, casado y con dos hijas, estudió Filosofía en la Universidad de Barcelona y, con 21 años, fue elegido concejal de Cultura de su pueblo.
Cuando aún no había cumplido 30 ya era alcalde tras haberse afiliado al PSC. En la Roca del Vallés estuvo diez años, tras los que dio el salto a la Generalitat como director de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia.
Ahora se enfrenta a unas elecciones claves con unas expectativas bastante elevadas: ganar y gobernar la Generalitat poniendo, de una vez por todas, punto y final al procés. Lo hará utilizando todas sus armas: la gestión, el diálogo, la capacidad de negociación y, seguramente, también le hará falta algo de filosofía.
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