En un desarrollo preocupante para la comunidad científica y espacial, la nave espacial Orion enfrenta graves problemas de seguridad que ponen en riesgo la vida de los astronautas de la misión Artemis II. La nave, diseñada para llevar a los astronautas a la Luna y más allá, ha presentado fallos críticos en sus sistemas de seguridad, lo que ha generado una gran inquietud entre los responsables del programa. La misión Artemis II, que tiene como objetivo llevar a los primeros astronautas a la Luna en más de 50 años, se encuentra en una situación crítica, ya que la seguridad de los astronautas es la principal prioridad. En las próximas semanas, los expertos trabajarán arduamente para resolver estos problemas y garantizar que la misión se realice con éxito.
La NASA continúa con el programa Artemis para llevar humanos a la Luna, pero, a principios de año, la agencia espacial tuvo que retrasar las fechas de las misiones Artemis II y Artemis III porque quiere garantizar la seguridad de la tripulación durante los viajes al satélite de la Tierra.
Sin embargo, un informe publicado por la Oficina del Inspector General (OIG) de la NASA señala que, tras evaluar la preparación del lanzamiento de la nave espacial Orion, el inspector George A. Scott encontró anomalías en el rendimiento del escudo térmico de Orion. Este problema no es ninguna novedad, ya que apareció después de la misión Artemis I a finales de 2022; pero, sorprendentemente, la NASA restó importancia al asunto, a pesar de que es bastante preocupante porque pondría en peligro a la tripulación de Artemis II.
Las anomalías mencionadas están relacionadas con las profundas hendiduras en el escudo térmico de Orión, los componentes de software, los pernos de separación y la distribución de energía. Además, el informe señala que estas cuestiones críticas deben abordarse antes de colocar la tripulación en la misión Artemis II.
El problema del escudo térmico de Orion
El problema más importante tiene que ver con el escudo térmico de Orion, ya que, durante el reingreso a través de la atmósfera de la Tierra, la nave espacial viajó a velocidades que alcanzaron 39.590 kilómetros por hora y el escudo térmico soportó temperaturas superiores a 2.760 grados Celsius. Por consiguiente, dicho escudo terminó desprendiéndose durante su reentrada.
Partes de la capa de carbón se desgastaron de manera diferente a lo que los ingenieros de la NASA predijeron, agrietando y rompiendo la nave espacial en fragmentos que crearon un rastro de escombros en lugar de derretirse como fue diseñado, según el informe. Asimismo, el inspector agrega que este rendimiento del escudo térmico crea un riesgo considerable, debido a que no puede proteger a los sistemas y la tripulación de la cápsula del calor extremo del reingreso en futuras misiones.
No obstante, la NASA ya está trabajando para resolver el problema, ya sea reemplazando los componentes del escudo térmico o alterando la trayectoria de reentrada de Orión.
Respecto al resto de problemas, el informe revela que los pernos de separación crearon una brecha que condujo a mayor calentamiento, sin embargo, la NASA ya ha mitigado el problema al realizar modificaciones en el diseño.
Y, por otro lado, el problema de distribución de energía fue causada por la radiación, pero la agencia está desarrollando cambios de software para la misión Artemis II.
La NASA está trabajando para resolver todos estos problemas y garantizar la seguridad de la tripulación en la misión Artemis II.
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