Un programador, harto de escuchar el reguetón de su vecino, idea un artilugio para 'hackear' su altavoz:
En una historia que ha captado la atención de muchos, un talentoso programador ha encontrado una solución ingeniosa para un problema común en la convivencia urbana. Harto de los constantes ritmos de reguetón provenientes del altavoz de su vecino, decidió poner a prueba sus habilidades creando un artilugio para 'hackear' el dispositivo y cambiar la música a su antojo. Este acontecimiento ha generado controversia sobre los límites de la tecnología y la privacidad en el ámbito doméstico. La astucia y destreza de este individuo han dejado perplejos a muchos, mientras que otros cuestionan la ética de su actuar. Sin embargo, lo cierto es que su invento ha despertado la curiosidad de muchos en la comunidad tecnológica, quienes ven en este hecho una muestra de creatividad y determinación.
Programador crea 'Reggaeton Be Gone' para silenciar altavoz vecino
Un emprendedor reconocido de Buenos Aires, Roni Bandini, ha desarrollado un dispositivo utilizando una Raspberry Pi para intervenir el altavoz de su vecino, cansado de escuchar reguetón a todo volumen desde tempranas horas del día. El programador, a través de sus redes sociales, compartió el proceso seguido para crear el dispositivo que le permite interferir en la señal, apagando o disminuyendo el volumen cuando detecta que está sonando reguetón. Este invento ha sido bautizado como 'Reggaeton Be Gone'.
Roni Bandini inventa aparato para hackear altavoz y acabar con reguetón
Bandini inició el proceso entrenando a una inteligencia artificial para reconocer este género musical, descargando algunas canciones y desarrollando un algoritmo a partir de ellas. Posteriormente, logró integrarlo en una Raspberry Pi. Documentando cada paso del proceso, Bandini compartió el modelo en Github, plataforma que recopila proyectos de programación, para que otros usuarios pudieran experimentar con su invento.
Vecino molesto inventa dispositivo para 'hackear' altavoz y callar reguetón
A pesar de que Bandini se enfrentó a obstáculos como las paredes o la distancia de la conexión, su solución resulta ingeniosa. Sin embargo, surgen dudas acerca de las implicaciones éticas y legales de su dispositivo, similar a los inhibidores de frecuencia que solo pueden ser utilizados por las autoridades. El modelo opera al exceder el límite de sonido establecido, reduciéndolo hasta llegar a la tasa de decibelios seleccionada, atacando la señal bluetooth del dispositivo.
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