La reciente colisión entre un satélite estadounidense y uno ruso ha puesto en evidencia la posibilidad de desencadenar el síndrome Kessler, un escenario temido por la comunidad espacial que podría llevar a un 'efecto dominó' de colisiones en cadena. El síndrome Kessler fue teorizado por el astrofísico Donald J. Kessler en 1978, planteando que la acumulación de escombros espaciales en órbita terrestre podría causar colisiones en cascada, generando aún más debris y poniendo en riesgo las misiones espaciales futuras. Este incidente reciente ha avivado el debate sobre la necesidad de mejorar la gestión de residuos espaciales y la importancia de tomar medidas preventivas para evitar potenciales consecuencias catastróficas en el espacio exterior.
Posible colisión entre satélites crea alerta por riesgo de desechos espaciales
El satélite TIMED (Thermosphere Ionosphere Mesosphere Energetics and Dynamics) de la NASA y el satélite ruso Cosmos 2221 estuvieron a punto de colisionar a una altitud de 608 kilómetros sobre la Tierra el pasado 28 de febrero. Por fortuna, una separación de diez metros evitó el impacto directo. Esta situación generó alerta en el Departamento de Defensa de Estados Unidos debido al riesgo de una generación significativa de desechos en el espacio. A pesar de que las posibilidades de que los satélites cayeran a la superficie terrestre eran mínimas, la NASA se mantuvo en alerta por la posibilidad de que miles de escombros orbitaran sin control a altas velocidades, según explicó la administradora adjunta de la NASA, Pam Melroy, en el evento 39º Space Symposium.
¿Qué es el síndrome Kessler y cómo afectaría a la órbita terrestre?
En caso de colisión entre los dos satélites, el síndrome de Kessler habría sido desencadenado. Este fenómeno, descubierto por Donald Kessler, científico de la NASA, es una situación en la que un choque de basura espacial puede provocar una avalancha de colisiones en cadena. Con tan solo un impacto, la cantidad de desechos generada podría ser suficiente para volver inutilizable la órbita baja de la Tierra. Para evitar esta problemática, las agencias espaciales están desarrollando vehículos y satélites que puedan ser desechados de forma segura al final de su vida útil.
El problema de los satélites para la humanidad
El incremento de la tecnología espacial en la órbita terrestre no solo afecta el trabajo de los astrónomos, sino que también representa una amenaza para la seguridad de la humanidad. Un aumento considerable en el número de satélites dificultaría la detección de asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta. El Congreso de Estados Unidos ha advertido sobre el riesgo que representan los satélites en órbita, incluyendo los de Starlink y otras marcas, que podrían caer en la próxima década. De no descomponerse al entrar en la Tierra, existe un 0,6% de riesgo de causar daños fatales a las personas.
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